_
_
_
_
_

¡Quién fuera estudiante!

En un entorno envidiable y rodeados de una amplia representación del mundo político, cultural y universitario gallego ayer, tuvo lugar la inauguración del Campus de la Universidad de Vigo. La combinación del peculiar estilo de construir paisajes de Miralles junto con la capacidad innovadora de Penela ofrece al campus vigués una imagen y una oferta de servicios propios de una Universidad del siglo XXI.

Nadie quería faltar a esta importante cita. El sueño de la comunidad universitaria viguesa se hacía realidad y para celebrarlo, lo más destacado de la sociedad gallega se había concentrado en el campus universitario. ¡Quién fuera de nuevo estudiante!

Acto de inauguración

Al acto inaugural acudió una nutrida representación del mundo universitario y de la política municipal y gallega, encabezadas por el presidente de la Xunta.

Manuel Fraga alabó la importancia de la nueva imagen que ofrece la ciudad universitaria y la circunscribió dentro del tan hablado plan Galicia: importantes inversiones en materia de carreteras, puertos y en la alta velocidad.

Gran proyecto

Disponer de un campus universitario del más alto nivel, es un deseo un tanto pretencioso, pero en el caso de la Universidad de Vigo, el día a día fue quien desencadenó esta necesidad. Según el rector de la Universidad de Vigo, Domingo Docampo, "El campus fue creciendo a velocidades extraordinarias. Modernizar y mejorar la oferta educativa y de servicios fue una idea siempre presente".

En la última década, tanto el número de alumnos como el profesorado, en su potencial investigador, incrementó notablemente lo que hizo necesario un esfuerzo de planeamiento que le diese al campus "la personalidad que la sociedad y la ciudad de Vigo necesitan en su proyecto de futuro".

Enric Miralles

Para conseguir un entorno armónico, a la vez que práctico y vanguardista, la figura de Enric Miralles desempeñó un papel muy importante. El arquitecto aportó toda su visión y experiencia. Logró configurar un espacio armónico rindiendo protagonismo al elemento natural (montaña), en la que integra los elementos más significativos del campus (biblioteca, rectorado, residencia...).

Con la colaboración de otros importantes arquitectos y aristas gallegos el resultado dejó impactados tanto a profesores como a estudiantes y visitantes.

Una residencia envidiable

La residencia ofrece 194 alojamientos individuales con cocina compartida cada dos de ellos, ocho alojamientos dobles para minusválidos y 15 alojamientos individuales con cocina individual. En total, 225 plazas. El 70% de los alojamientos tienen doble orientación, con vistas al monte y (algunos de ellos) la ría, y el valle de Zamáns por el otro lado. Los servicios comunes incluyen tres salas de estudio, salón de actos, sala de juegos, cafetería, gimnasio, lavandería, maletero, cuarto de bicicletas y taller-almacén. Todos los alojamientos son de hecho individuales, excepto los destinados a minusválidos. Aunque los hay de diversos tipos, miden unos 14 m2 más 2,75 m2 de aseo. Cada dos alojamientos comparten la cocina, de 4,76 m2, a la que se accede independientemente desde cada una de las habitaciones. Las habitaciones están todas conectadas a las redes generales de voz y datos del Campus.

El total de la superficie construída es de 8.020 m2.

Socios

En un proyecto de estas magnitudes, el componente económico es clave para asegurar un resultado brillante. Por esto entidades como la Xunta, el Ayuntamiento de Vigo, la Diputación de Pontevedra, Caixanova y el Consorcio de la Zona Fanca no dudaron en apostar y contribuyeron en este proyecto de futuro.

Ha supuesto una inversión total de 60 millones de euros entre la urbanización central, los aparcamientos, el campo de hierba artificial y otras infraestructuras.

Una apuesta decidida con la que el Campus ofrece una imagen muy distinta, pero al mismo tiempo acorde a la oferta de una ciudad como Vigo.

Campus del siglo XXI

Por su parte, el rector de la Universidad de Vigo, Domingo Docampo, indicó que el reto "siempre estuvo claro". Las nuevas infraestructuras debían permitir que el campus se convirtiese en "un espacio físico arquitectonicamente atrevido, humanizado y capaz de aglutinar una completa oferta de servicios. "Un campus proyectado al siglo XXI".

Nota artística

La nota artística la puso "La Fura dels Baus" quien cerró la jornada con la representación de "Mámoa", una odisea de conocimiento. En el acto participaron como voluntarios alumnos del teatro de la Universidad. La obra es una atrevida puesta en escena, un zépelin de estructura metálica atrapa la atención de los visitantes mientras que el protagonista habla sobre la arqueología del conocimiento. Una ofensa contra los vendedores de certezas en la que el genio de la duda y el interrogante acompañan al peregrino del saber. Un merecido homenaje al arquitecto Enric Miralles, autor del proyecto de la Ciudad Universitaria de Vigo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_