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LA ENSEÑANZA DE LA MÚSICA

Aprender a hablar con las nanas

Javier Arroyo

Leyes aparte, la música debería ser una asignatura obligatoria. Al menos en el ámbito familiar; y desde el primer día de vida. Lucía Herrera, especialista en Psicología Evolutiva y en desarrollo del lenguaje de la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad de Granada en Melilla, explica que la música, además de sus indudables posibilidades afectivas, tiene una capacidad potenciadora enorme en el desarrollo del lenguaje en los niños pequeños. De muy bebés, las canciones son un instrumento que ya familiariza a los recién nacidos con la existencia de la lengua. Herrera recomienda que no se pierda la tradición de cantar nanas: "Su función normalmente ha sido la de tranquilizar a los niños", dice Herrera, y recuerda que, de muy pequeños, las canciones de cuna y las nanas son las melodías recomendadas por su "repetitividad y la tranquilidad de sus melodías".

Estas canciones tienen muchos beneficios: favorecen la conciencia del niño sobre la existencia del lenguaje, les pone en contacto con la rima, les desarrolla la memoria a corto y largo plazo, les ayuda a aumentar el vocabulario y a manejarse con las palabras a mayor velocidad.

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