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El juez Calatayud opina que la Ley del Menor "nació coja y sigue coja"

El juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, conocido por sus sentencias educadoras e imaginativas de jóvenes delincuentes, considera que la Ley del Menor "nació coja y sigue coja" porque no ha sido dotada de medios para su correcta aplicación y aún no se ha publicado el reglamento que la desarrolla. La Ley del Menor fue publicada en 2000 y entró en vigor en enero de 2001, y ahora, cuando ya está acabando 2003, "seguimos sin un reglamento que la desarrolle" para facilitar la interpretación y la ejecución de las medidas que prevé.

El juez advirtió de que si se va a reformar la ley sin que se publique el preceptivo reglamento, la sociedad va "a estar en las mismas". Calatayud afirmó que la ley tiene "muchas posibilidades de éxito, siempre y cuando exista voluntad y creencia en ella". En su opinión, aún no se han agotado todas las posibilidades de la ley, "porque no se ha desarrollado como preveía, no se ha dotado de los recursos necesarios, no se ha publicado el reglamento y no se ha preparado al personal".

Calatayud abogó por "ver cómo evoluciona la ley". "Y si vemos que falla algo, modificarla". Luego añadió: "Vamos a reformarla cuando no se ha aplicado con todos los elementos que contemplaba". Respecto a las reformas planteadas durante los últimos días, Calatayud se mostró en contra de que se permita que las familias de las víctimas se personen como acusación particular, porque "iría en contra del espíritu de la ley, dado que el acusador particular, si pide condena, nunca va a defender los intereses del menor infractor".

Penas máximas

En cuanto a alargar la duración de las medidas, dudó de la necesidad de introducir esta modificación y apuntó que, en caso de hacerlo, "no sería bueno" que superasen los 15 años y abogó más "por un mejor tratamiento en los centros de internamiento". Recordó que, en la actualidad, la ley prevé penas máximas de 10 años, que se inician en centros de internamiento y continúan en prisiones cuando el joven cumple 23 años, a los que siguen cinco años de libertad vigilada. El juez agregó asimismo que trasladar los parámetros de la "justicia de adultos a la de menores, por muy asesino que sea el menor", no sería adecuado porque "el cómputo del tiempo de un chaval no es el mismo que el de un adulto, de forma que 10 años para un menor pueden suponer el 50% de su vida".

Preguntado por el asesinato de Sandra Palo a mano de menores, que ha reavivado el debate sobre la reforma de la ley, Calatayud señaló: "Cuando la madre de uno de los acusados nos dice que su hijo es un delincuente desde los siete años revela que ha fallado el sistema, los padres, la escuela, la protección de menores y la prevención, no la ley". "El derecho penal no nace para proteger a la víctima sino para sancionar y castigar a la persona que viola la ley porque ha fallado todo lo demás", concluyó.

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