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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La soledad del Lama

El Dalai Lama ha sido agasajado por la sociedad civil en Madrid y Barcelona como un referente moral y espiritual, pero ninguna autoridad se ha dignado verle. Es bastante insólito que un Nobel de la Paz se encuentre en semejante tesitura, fruto de las inconsistencias y debilidades de la política exterior del Gobierno. Aznar, con raseros diferentes cuando se trata de criticar a Castro o ir a visitar al también dictador Gaddafi, impulsor de actos terroristas, no ha movido un dedo para intentar hablar con el líder de los tibetanos y ha impedido que cualquier jerarquía del Estado le recibiera siquiera en audiencia privada.

China ha presionado en todas las direcciones para conseguirlo, subrayando incluso a las instituciones privadas que han organizado los diversos actos de su visita a Madrid que podrían estar en peligro los contratos comerciales de España en aquel país. Mal servicio hace el Gobierno a la credibilidad de España al ceder a estos chantajes. El Dalai Lama ha sido recibido por Bush y Powell en Washington, y por Blair en Londres.

El propio Dalai Lama no ha querido crear situaciones "embarazosas o inconvenientes". Incluso, desde una visión que responde a las nuevas realidades globales, no habla de autodeterminación, ni siquiera de "independencia" para el Tíbet, ni insiste tanto en recuperar la "soberanía completa" de un país invadido por tropas chinas en 1950, sino de "autogobierno" y de respeto a las libertades, los derechos humanos y la democracia.

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Pero si la actitud del Gobierno, o del alcalde de la capital parece poco apropiada, tampoco lo es la falta de reflejos del PSOE, pues ni Zapatero ni Simancas han querido comprometerse. El líder espiritual de millones de budistas y tibetanos es una referencia internacional para quienes abogan por la paz y el diálogo, que pidió a Bush que no reaccionara con violencia al 11-S. ¿Tan peligrosa resulta su presencia en España?

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