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Bruselas propone cambios en las ayudas al aceite de oliva y algodón

Parte de las subvenciones al tabaco se dedicarán a cultivos distintos

Gabriela Cañas

Los servicios agrícolas de la Comisión Europea ya tienen prácticamente finalizada su propuesta de reforma para las ayudas a un producto, el aceite de oliva, que es crucial para España, máximo productor europeo. El nuevo sistema que pretende Bruselas consistirá en mantener un nivel de ayuda similar al actual -1.000 millones de euros anuales sólo para España-, pero percibido por conceptos distintos.

El 40% de las ayudas seguirá dependiendo de lo que produzca cada explotación, pero el otro 60% quedará sometido a la condición general de la reforma agraria europea de mantener los olivares en buenas condiciones, sobre todo medio ambientales.

La Comisión Europea propondrá a finales de este mes a los ministros de Agricultura europeos una reforma similar para el algodón. En el mismo paquete se incluye el tabaco, un cultivo que Bruselas plantea erradicar, razón por la cual propondrá un primer paso de dedicar la tercera parte de las ayudas a cambiar de cultivo.

España es un importantísimo productor de aceite de oliva a nivel mundial. Con una producción que roza en ocasiones el millón de toneladas anuales se garantiza también cada año casi la mitad de las subvenciones europeas para el sector: 1.000 de los 1.777 millones de euros. La reforma del sistema de cuotas que ahora impera y que data de 1998 supuso un serio enfrentamiento con la Comisión y también con otro gran productor, Italia. El nuevo cambio que propondrá Bruselas entraría en vigor el próximo año y seguiría directrices similares a las aplicadas a la reforma de la Política Agrícola Común (PAC), consistentes en desligar de la producción una parte importante de las ayudas y dejar el resto condicionado a que las explotaciones las mantengan en buena situación agropecuaria.

En la actualidad, España recibe una cantidad fija cada año que fue establecida en base a su producción total. Si España produce más de la cuota fijada en su momento (760.027 toneladas), como es lo habitual en las últimas campañas, tiene que conformarse con el mismo dinero, a pesar de lo cual, como indica una fuente diplomática, el sector no ha hecho más que mejorar gracias a una mejor imagen del producto y unas mayores ventas a escala mundial.

Con el nuevo sistema, los olivareros sólo tendrán garantizado el 40% de la ayuda que vienen percibiendo, si bien en un principio van a seguir percibiendo lo mismo que en las últimas campañas. En esencia, Bruselas no contempla la posibilidad de introducir recortes en este sector para promover el desarrollo rural como ha hecho en la reforma global de la PAC.

Algo similar va a ocurrir con el algodón. Mientras en Cancún países pobres productores de algodón piden la retirada total de las ayudas americanas y europeas a este cultivo, Bruselas ya ha perfilado su propuesta de mantenerlas al mismo nivel sobre la nueva base de reparto con sólo el 40% ligado a la producción para desincentivar indirectamente la sobreproducción. En Europa, los dos únicos productores a tener en cuenta son Grecia y, a gran distancia, España, sobre todo en Andalucía, con pequeñas explotaciones que requieren mucha mano de obra.

El caso del tabaco es completamente distinto. La Comisión Europea, que ya se ha dotado de dos directivas para combatir el consumo del tabaco, considera incongruente seguir subvencionando su cultivo. Sin embargo, se considera que su retirada afectaría gravemente a un sector tan deprimido como el algodonero. De ahí que los servicios del comisario Franz Fischler hayan optado por mantener la totalidad de las ayudas -1.000 millones de euros anuales aproximadamente-, pero obligar a las explotaciones más grandes a que dediquen una tercera parte de lo que perciben a buscar cultivos alternativos. Otra tercera parte quedará desvinculada de la producción y, por tanto, sujeta a la ecocondicionalidad antes señalada y la otra tercera parte seguirá estando ligada a la cantidad producida.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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