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Rato replica a Schröder que parte del dinero de la UE vuelve a Alemania

De Guindos dice que las ayudas suponen dos décimas al crecimiento del PIB

El Gobierno español contraatacó ayer al canciller alemán Gerhard Schröder, quien el miércoles dijo que era "muy bonito" crecer cuando se reciben ayudas comunitarias y en gran parte alemanas. El ministro de Economía, Rodrigo Rato, hizo de abanderado y recordó que "buena parte del dinero" que viene de Alemania se destina a comprar sus productos. La balanza comercial entre España y Alemania es favorable a este país, donde además España invierte casi el triple que a la inversa.

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Schröder había señalado el miércoles que el crecimiento de la economía española "está muy bien, pero no es muy difícil cuando más del 1% del producto interior bruto procede de las ayudas de Bruselas, en las que Alemania ha contribuido con más del 25%". Las reacciones contra las palabras del canciller alemán se sucedieron en cadena. Rato abrió el fuego al señalar en Cancún (México), donde asiste a la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que Schröder no debe defenderse de las críticas a su gestión económica con "explicaciones técnicas deficientes" y lamentó que se confundan los fondos europeos con el crecimiento. Rato recordó que "una parte de los trenes de alta velocidad, de las infraestructuras y de la maquinaria española se compra a Alemania con ese dinero", por lo que "nosotros podríamos hacernos la misma pregunta". También Rato recordó que las reglas europeas son para todos y Alemania no se debe consolar con "explicaciones técnicas deficientes, sino con otras cuestiones".

El secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos, cargó las tintas sobre la confusión de Schröder al señalar, durante la presentación del dato de inflación del pasado mes, que "no es correcto equiparar los fondos estructurales recibidos de la UE con el crecimiento del PIB ni aritmética ni conceptualmente, aunque no quiso entrar en una polémica frontal con el canciller alemán.

De Guindos sí quiso precisar que los fondos estructurales son transferencias y financiación y equivalen a un 0,8% del PIB (el 1,2% en 2002), aunque su aportación real al crecimiento económico, según el Instituto de Estudios Económicos, se ha situado en los últimos años en el entorno de una o dos décimas de crecimiento del PIB. Es decir, si la economía creció un 2% el pasado año, hasta dos décimas serían atribuibles a los fondos europeos.

Recalcó que los fondos de la Unión Europea sirven para financiar infraestructuras y stock de capital, y tienen un impacto a medio y largo plazo, pero "no es correcto comparar crecimiento económico con el nivel de fondos". Recordó, asimismo, que hay países que reciben más fondos que España de la UE y, sin embargo, no tienen ese crecimiento.

Guindos quiso cerrar la polémica al decir que las empresas alemanas y el Gobierno de ese país deben estar encantados con el crecimiento de la economía española, ya que las exportaciones de Alemania a España crecieron en el primer semestre el 14%, y "eso sí que es PIB alemán".

Saldo comercial

Efectivamente, durante 2002 España importó productos y servicios de Alemania por valor de 28.345 millones de euros, mientras que las ventas al país germano se situaron en 15.154 millones de euros. Es decir, la balanza comercial es favorable a Alemania en 13.191 millones de euros. En los cinco primeros meses de 2003 ese ritmo y saldo comercial continúa en esos parámetros. Del total de importaciones, el 16,4% procede de Alemania.

Otra cosa es la balanza de capitales, según la cual la inversión neta alemana (una vez descontadas las desinversiones) en España fue de 1.498 millones en 2002, mientras que la española en Alemania se elevó a 5.821. Un año antes, la proporción era similar, aunque con cifras mucho más pequeñas: la inversión alemana en España fue de 641 millones, y la española en Alemania, de 1.845.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se unió al coro de voces contra el canciller alemán al señalar ayer en el Parlamento que los fondos que recibe España de la UE son un complemento, pero no la causa central del crecimiento económico de España.

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