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Crítica:ÓPERA | 'Wintermärchen'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La esencia de la ambigüedad

Es una ópera contemporánea, pero le gusta al público. En la crítica, división de opiniones: unos dicen que es un pastiche concebido para agradar a los que temen la creación lírica actual; otros aseguran que es el modelo de ópera del futuro, porque la ópera contemporánea será accesible al gran público o morirá. Desde su estreno, en 1999, Wintermärchen (Cuento de invierno), del compositor belga Philippe Boesmans, levanta fobias y pasiones. Al público belga y francés le ha gustado. Anteanoche, en su estreno español, en el Liceo, la cálida respuesta del público fue más amable que entusiasta, lo que no es poco: la ópera gustó, aunque más que el compositor la compañía del Teatro de La Monnaie, por la calidad de las voces, el nivel de la orquesta y la convicción en defender su nuevo patrimonio lírico.

Wintermärchen (Cuento de invierno)

De Philippe Boesmans. Libreto de Luc Bondy y Marie-Louise Bischofberger. Intérpretes: D. Duesing, S. Friede, C. Kallisch, K. Streit, F. Selig, R. Leggate. Trío Aka Moon. Orquesta y coro del Teatro de La Monnaie de Bruselas. Director musical: Kazushi Ono. Director de escena: Luc Bondy. Escenografía: Erich Wonder. Teatro del Liceo, Barcelona, 6 de septiembre. Estreno en España.

Ante todo, el estreno español de Wintermärchen produce envidia sana. La Monnaie es un teatro público que apuesta por un compositor de su país, estrena su obra, la defiende y la lleva de gira. Parece normal, pero no lo es, y menos en los teatros de ópera españoles, con tantos compositores en lista de espera. Boesmans tiene suerte. Y sabe aprovecharla. Su partitura, admirablente construida al servicio de las exigencias dramáticas, revela oficio, buen olfato teatral y una nada disimulada voluntad de agradar al público. ¿Eso es malo? Pues no. Su ópera es un voluntario paso atrás frente a la complejidad de las vanguardias.

Luc Bondy, quien, además de la puesta en escena firma el libreto, también quiere ganar al público sin correr riesgos. La condensación del texto original mantiene intacta la historia de Leontes, rey de Sicilia, que desencadena el drama con sus celos paranoicos: provoca la ruptura con su mejor amigo (Polixenes), la muerte de su hijo (Mamilius) y heredero, la pérdida de su mujer (Hermione) y de su hija (Perdita). La tragedia acaba en feliz reencuentro gracias al amor entre Florizel y Perdita, y concluye como un cuento dejando que la música libere a Hermione.

El director musical Antonio Pappano, que estrenó la ópera, buscaba en la orquesta acentos y colores expresionistas, desde una óptica más germánica. Su sucesor como titular de La Monnaie, Kasushi Ono, prima la fluidez drámatica y busca una estética más refinada, más francesa, aunque no siempre lo consigue. Lo que no admite reservas es la actuación de los cantantes, el coro y la orquesta. Dale Duesing, con un conmovedor Leontes, encabeza un reparto sin fisuras que combina calidad vocal y presencia escénica: destacan la temperamental Paulina de Cornelia Kallisch, la emotiva Hermione de Stephanie Friede, el certero Polixenes de Kurt Streit, la solidez vocal de Franz-Josef Selig (Camillo/Voz del oráculo) y el buen oficio de Robin Leggate (Green/El Tiempo).

Ensayo general de la representación de <i>Wintermärchen</i> <b> en el Liceo.</b>
Ensayo general de la representación de Wintermärchen en el Liceo.SUSANNA SÁEZ
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