La FIFA 'destapa' al 'Mono' Burgos
Una noveda destacacada en la presentación del nuevo Atlético de Gregorio Manzano. No había que fijarse en los nombres de la alineación ni en la disposición táctica de los rojiblancos. Se trataba de una cuestión de estética: el Mono Burgos lució ayer sus piernas. Por primera vez desde que llegó a España, el portero argentino no apareció ataviado con su estrambótica indumentaria habitual: largos pantalones por debajo de unas medias rojas. Ayer estrenó bermudas para evitar una posible sanción por parte de la FIFA, cuyo reglamento prohíbe el empleo de ese tipo de prendas.
Ibagaza, el particular crack mediático del Atlético, no pudo debutar en el estadio Calderón. El centrocampista, que en los calentamientos previos se ejercitó al margen de sus compañeros, no se recuperó de los problemas musculares que arrastra desde Sevilla. Al final, ni siquiera se sentó en el banquillo.
En cualquier caso, la afición colchonera recobró sus buenas sensaciones. El Albacete figura en la historia del Atlético entre sus mejores recuerdos. Su visita precedente, un 25 de mayo de 1996, supuso la consecución de su último título liguero.
Juegos del destino, el cuadro manchego regresó para medir la consistencia del proyecto ideado por Manzano y Toni Muñoz.
Derrotado en Sevilla, en el primer envite, el Atlético necesitaba la victoria para evitar que pronto comenzara a resquebrajarse la ilusión de su hinchada, que ayer saludó de nuevo al Cholo Simeone.
En torno al argentino gira el coraje y el carisma del nuevo Atlético. Una secuencia retrató la especial comunión que mantienen afición y jugador: trotaba Simeone junto a Burgos durante el calentamiento. Iba el primero. Al llegar al fondo norte, los asistentes se levantaron y ovacionaron al centrocampista, que devolvió el gesto con aplausos. Junto a Fernando Torres, está llamado a devolver al Atlético a las fuertes emociones vividas por última vez frente al Albacete hace ya siete años.
