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Portugal solicita la ayuda aérea de la OTAN para poder controlar los incendios

La Alianza dice que Lisboa "ha acudido tarde" y lamenta que recurriera antes a la UE

Portugal pidió ayer a la OTAN medios aéreos para intentar acabar con los incendios que asolan todo el territorio desde hace más de una semana. El sábado pasado, el Gobierno de Lisboa ya había solicitado apoyo a la UE, sin que hasta ahora exista coordinación con los medios de la Alianza. Portugal vivió ayer el día más tranquilo desde que empezó hace ocho días la ola de incendios que se ha cobrado 11 muertes, ha calcinado en ocho días más de 54.000 hectáreas y ha llevado a declarar zona catastrófica todo el país.

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Sólo un incendio, en el parque natural de la sierra de Estrela, en la frontera con la provincia de Salamanca, era considerado grave. También ayer se encontró un nuevo cuerpo carbonizado, elevando el número de fallecidos a 11 personas. Tras lograr controlar casi la totalidad de los incendios durante la madrugada y la mañana del martes, los bomberos se centraron en operaciones de vigilancia, controlando pequeñas activaciones de fuegos ya apagados. Pese a esta relativa tranquilidad, las autoridades esperan un agravamiento de la situación durante el día de hoy, porque se prevé una nueva subida de las temperaturas, una disminución de la humedad y del viento.

Ante estas previsiones, y debido al casi total agotamiento de los medios nacionales, el Ministerio de Asuntos Exteriores solicitó ayer al Centro Euroatlántico de Coordinación para Catástrofes de la OTAN al menos cuatro aviones Canadair y tres helicópteros pesados.

El primer ministro, José Manuel Durão Barroso, visitó ayer por primera vez algunas de las zonas más afectadas por los incendios. Durão Barroso fue mal recibido por las poblaciones del distrito de Santarém, donde las llamas han alcanzado varios pueblos y consumido docenas de casas. Los populares acusaron al primer ministro de tardar más de una semana en conocer directamente la tragedia que asola al país, mientras el presidente de la República, Jorge Sampaio, estuvo en los distritos devastados el viernes, cuando la ola de incendios estaba activa. Ayer, los fuegos, aunque de pequeña dimensión, llegaron por primera vez a los distritos de Aveiro y Faro. De esta forma, sólo la región de Lisboa no ha registrado aún incendios durante la última semana.

Célula de gestión

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La OTAN, mientras tanto, activó ayer con carácter inmediato su célula de gestión de crisis después de examinar la última petición de ayuda lanzada desde Portugal. La misión de esta unidad de coordinación es la de ponerse en contacto directo con todas las naciones integradas en la Alianza Atlántica y con los países asociados para ver qué medios civiles, o incluso militares, pueden movilizarse con urgencia para atender la demanda de asistencia lusa. El problema, según indicaron fuentes aliadas, es que Lisboa "ha acudido tarde" a pedir ayuda a la OTAN y se lamenta de que se acudiera antes a la Unión Europea.

La descoordinación es tal entre la OTAN y la UE que ahora hay activadas dos células de gestión contra las catástrofes orientadas a seguir el mismo objetivo: buscar y coordinar los medios humanos y materiales disponibles en los diferentes países europeos para hacer frente a la ola de incendios que arrasa Portugal. La comunicación entre ambas es nula y una se entera de lo que hace la otra a través de la prensa.

Desde la Alianza Atlántica se pone además en evidencia la incapacidad de la UE para hacer frente con rapidez a esta oleada de incendios. "Los países que están cerca de Portugal y que podrían suministrar estas capacidades con rapidez, como España, Francia e Italia, están sufriendo también el azote del fuego. Por tanto, hay que pedir la ayuda más lejos, y eso es lo que estamos haciendo, sondear a otros países para encontrar otro tipo de capacidades que puedan ser utilizadas por los portugueses", explicó una fuente aliada. La Alianza como tal, al igual que la UE, carece de medios civiles y militares propios para hacer frente a este tipo de crisis.

Tan sólo dispone de una célula de gestión de crisis, creada hace un par de años para atender a las nuevas misiones que se fijó la OTAN en el ámbito de la protección civil.

El primer ministro portugués, José Manuel Durão Barroso, escucha a una residente de la localidad de Macao.
El primer ministro portugués, José Manuel Durão Barroso, escucha a una residente de la localidad de Macao.EFE

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