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Detenido el presunto parricida que huyó en un traslado policial en Girona

Palafrugell pedirá al Departamento de Justicia responsabilidades políticas por la fuga

El presunto parricida conyugal que el pasado miércoles se fugó de los Mossos d'Esquadra fue localizado ayer por un perro policía, a las 14.48 horas, oculto en un tupido paraje boscoso del término municipal de Cruïlles (Girona), situado a unos cinco kilómetros del Centro de Asistencia Primaria en el que burló la vigilancia de la policía autonómica. Francisco García, descalzo y vestido únicamente con unos calzoncillos, consiguió permanecer durante tanto tiempo en el bosque porque conocía técnicas de camuflaje y supervivencia aprendidas durante el servicio militar en el cuerpo de operaciones especiales del Ejército, según fuentes policiales. El fugado no se resistió.

Hasta 55 patrullas y un helicóptero que volaba a baja altura, además de unidades caninas, formaron el operativo de búsqueda que el miércoles por la noche sólo había conseguido hallar la bata del fugado. Los efectivos trabajaron desde las 17.00 horas del miércoles, hora en que se fugó el detenido, hasta las 14.50 de ayer.

El consistorio de Palafrugell, municipio en el que vivía la pareja, expresó ayer, antes de la captura, su "indignación absoluta" y su "sorpresa" por la huida del presunto homicida y anunció que "dada la gravedad de los hechos y la alarma social creada" pedirá responsabilidades políticas al Departamento de Justicia. El consistorio lamentó las "graves deficiencias" del modelo policial catalán.

Uno de los agentes que trasladó al detenido estaba en prácticas y sólo llevaba 24 días de trabajo, según el Sindicato de Policías de Cataluña.

Francisco García Morales, de 34 años, huyó el miércoles por la tarde cuando era trasladado por una patrulla compuesta por dos agentes de los Mossos d'Esquadra desde la comisaría de La Bisbal al Centro de Asistencia Primaria de la misma población. El detenido sangraba por una de las heridas que se causó él mismo en las muñecas tras el asesinato de su mujer. Los Mossos decidieron trasladarle al ambulatorio sin las preceptivas esposas.

Los agentes aseguran que durante el traslado Francisco García aparentó un estado de aturdimiento que los agentes atribuyeron a la ingesta de tranquilizantes. Cuando uno de los agentes se dispuso a ayudarle a salir del coche, le empujó y huyó hacia una fábrica próxima. El fugado vestía unos calzoncillos y una bata hospitalaria.

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