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Ibarrola pinta en Llanes más 'cubos de la memoria'

Agustín Ibarrola (Bilbao, 1930) iniciará esta semana en el dique de abrigo del puerto de Llanes (Asturias) la segunda y última fase de "Los cubos de la memoria", la singular e insólita actuación artística que el pintor y escultor vasco emprendió en 2001 utilizando como soporte de su obra los grandes bloques de hormigón de la escollera que sirve de defensa al espigón portuario.

La primera fase de esta intervención, en la cara sur del dique, y que supuso una transformación artística de la bocana del puerto y la conversión de los grandes bloques de hormigón inertes en una composición plástica polícroma, con elementos figurativos y expresionistas, en unos casos, y conceptuales y analíticos en otros, se convirtió de inmediato para los llaniscos en una seña de identidad local y en un referente intrínseco al ser de la villa marinera. Ahora la segunda fase supondrá una actuación en el rompeolas de la cara norte del espigón, a mar abierto.

Ibarrola anunció en Llanes que esta segunda intervención incorporará aún "más color y más dibujo" que los de la cara meridional. Si en ésta introdujo referencias figurativas a la cultura, la etnografía, el paisaje y la naturaleza del entorno junto a representaciones abstractas, en la escollera de la cara septentrional se volcará "exclusivamente en temas geométricos, referidos al mundo del espacio y a la relación que van a tener las líneas en la interactividad del espacio plástico, perforando conceptualmente los cubos hacia dentro".

El espíritu del artista

"Será como perseguir no el alma del cubo, sino el espíritu del artista dentro del cubo", señaló Ibarrola, que optará fundamentalmente por la abstracción para la materialización de su creación en la fachada más expuesta a los temporales y a las embestidas del mar Cantábrico.

Aunque diferenciada de la primera fase, tanto en la propuesta discursiva como en la materialización artística -"en la cara sur algunos bloques compartían un mismo esquema espacial, tratado por los trazos de color y el dibujo, y aquí habrá más dibujo"-, ambas constituirán, señaló el pintor y escultor vasco, una obra única. "No hay contradicción. Sólo hay contradicción en aquellos artistas puristas que se definen como figurativos y no abstractos, o a la inversa, pero yo soy un artista interdisciplinar, todoterreno, y por ello sin ninguna contradicción".

La primera parte de la obra se materializó sobre 300 caras de 100 bloques de hormigón, cada una de las cuales mide 2,5 por 3 metros y pesan entre 30 y 60 toneladas. En la nueva fase pintará 200 caras de otros 70 cubos. "Si el tiempo acompaña", precisó el artista, "la obra estará acabada en septiembre". Para este nuevo trabajo Ibarrola seguirá utilizando la misma pintura especial para buques y plataformas petrolíferas. El coste total del proyecto artístico tiene un presupuesto de 300.506,05 euros.

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