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Crónica:TENIS | Roland Garros, semifinales femeninas
Crónica
Texto informativo con interpretación

Las belgas arrasan en París

Henin fulmina a Serena Williams tras un polémico partido por la actitud partidista del público y jugará la final ante su compatriota Clijsters

Allí salió todo. En la pista central de Roland Garros había mucho público belga, aunque la mayoría de los 15.000 espectadores que la llenaban eran franceses, pero todos ofrecieron un trato humillante a la tenista estadounidense Serena Williams que se fue derrotada y maltratada. Los silbidos que le dedicaron cuando abandonó la pista tras ser eliminada por la belga Justine Henin fueron sólo la explosión final del júbilo que sentían por haberse librado de las hermanas Williams en una final del Grand Slam. La alegría de Henin era más que justificada y también la ilusión del público porque su tenista había ganado. Henin se impuso por 6-2, 4-6, 7-5 y disputará la final femenina de París ante su compatriota Kim Clijsters, que anteriormente había superado a la rusa Nadia Petrova (76ª mundial) por 7-5, 6-1.

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"Será una cuestión mental, no física"

Al final, Serena no pudo con todo. Es imposible saber qué pasó por las mentes de los espectadores mientras presenciaban la segunda semifinal parisina, pero allí parecía estar presente el predominio que las hermanas Williams han tenido en el tenis femenino durante los últimos años, el rechazo explícito de la guerra de Irak que hizo Francia frente a Estados Unidos, y el sentimiento de simpatía generalizado que siempre suele ofrecerse a la jugadora más débil, en este caso Henin. El conglomerado trajo como consecuencia que la explosión que se producía en cada punto que ganaba la belga no tuviera nada que ver con los tímidos aplausos que seguían a las buenas jugadas de la estadounidense. Y que, en muchas ocasiones, incluso se aplaudieran los errores directos, tanto de saque como de fondo, de la menor de las Williams, algo muy inusual fuera de la Copa Davis.

Henin, de 21 años, jugó de forma impecable y mereció la victoria frente a una Serena que no tuvo su día y que, probablemente, acusó tanto la animadversión del público como el hecho de que su hermana Venus no estuviera en la pista. Estaba su madre, Horacene, pero Venus había decidido marcharse y dejarla sola en París, tras su temprana derrota. Fue un partido de riesgo y, por tanto, también de errores: Serena cometió 75, por 64 de la belga, que superó un 2-4 en contra en la tercera manga y sirvió dos veces para el partido antes de rematarlo. La cuestión es que en Roland Garros se rompió en mil pedazos una serie consecutiva de finales del Grand Slam protagonizadas por las hermanas Williams: exactamente desde Roland Garros 2002.

Por tanto, el triunfo de Henin fue histórico por varios motivos. El primero, porque dejó la final sin una Williams. El segundo, porque permite que por primera vez en la historia se produzca una final enteramente belga en el Grand Slam. Justine Henin y Kim Clijsters habían jugado ya en 2001 una semifinal en Roland Garros, y cada una de ellas había llegado una vez a una gran final: la primera en Wimbledon y la segunda en París. Ellas dos se han enfrentado 12 veces y Clijsters domina por 7-5.

"Con 2-4 en contra en la tercera manga vi el partido perdido", comentó Henin. "Pero allí cambié mi mentalidad y comencé a pensar punto por punto tal como había hecho al principio. Es normal que Serena estuviera enfadada, dejó escapar muchas ocasiones. Para mí es un momento muy importante. Y sé que contra Kim va a ser un partido muy difícil". Serena apenas pudo articular palabra tras su derrota. "El comportamiento del público ha sido un poco raro, pero esta es la historia de mi vida, señaló antes de romper a llorar.

Henin, a la izquierda, y Clijsters celebran sus victorias de ayer.
Henin, a la izquierda, y Clijsters celebran sus victorias de ayer.REUTERS

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