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Crónica:TENIS | Torneo de Roland Garros
Crónica
Texto informativo con interpretación

Moyà y Agassi pierden el tren

El español sucumbe ante el potente saque del holandés Verkerk y el norteamericano se estrella contra el argentino Coria

Nadie lo esperaba, pero el nombre no constituye ninguna patente de corso en un torneo del Grand Slam. El estadounidense Andre Agassi, campeón en 1999, y Carlos Moyà, en 1998, pudieron ayer constatarlo al perder el tren de Roland Garros. Los dos se enfrentaban a jugadores emergentes y parecían claros favoritos. Pero sucumbieron de forma inesperada ante sus rivales, que nunca habían llegado tan lejos en las competiciones grandes. El argentino Guillermo Coria, el séptimo del mundo, ganó a Agassi por 4-6, 6-3, 6-2 y 6-4 en dos horas y 32 minutos. Y el holandés Martin Verkerk, el 46º, a Moyà por 6-3, 6-4, 5-7, 4-6 y 8-6 en tres horas y 53 minutos.

Coria y Verkerk estarán, pues, en una de las semifinales. Por la otra parte del cuadro, Albert Costa, el campeón vigente, se enfrentará hoy a Tommy Robredo mientras Juan Carlos Ferrero se medirá con el chileno Fernando González. Así, el tenis español sólo tiene un puesto garantizado en las semifinales y la posibilidad de asegurarse un finalista si Ferrero frena la agresividad y la potencia de González, contra quien perdió la final júnior de París en 1998 y las otras dos veces que se han enfrentado.

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La decepción fue notable para Moyà porque pensaba que, metido en la quinta manga, sus posibilidades habían subido. El balear pareció agarrarse a la paciencia y a su espíritu de lucha en un día en el que su juego no era tan regular como de costumbre. Verkerk, un gigantón de 1,91 metros y 89 kilos, comenzó de forma espectacular y en sólo 27 minutos ganó el primer set por 6-2. La incredulidad creció más todavía cuando se anotó el segundo por 6-4 y siguió manteniendo su excelente nivel de saque hasta el último juego del tercero.

"No sabía cómo frenarle", explicó Moyà; "el problema fue que yo no logré restarle y que, en consecuencia, él podía arriesgarse mucho en sus restos". En las tres primeras mangas, Verkerk concedió sólo tres bolas de rotura hasta que perdió su saque con su tercera doble falta en el 12º juego permitiendo que Moyà abriera una grieta. Con dos sets a uno, nada estaba decidido. Pero parecía que el saque de Verkerk comenzaba a resquebrajarse y, con él, su esquema de juego. Un espejismo. En la quinta manga, el holandés no sólo mantuvo su saque -27 aces y otros 12 puntos-, sino que defendió sus opciones con uñas y dientes demostrando que es también capaz de luchar con los golpes de fondo.

"No creo que haya jugado mal", agregó el mallorquín; "pero fue un partido de muchos nervios y mucha tensión". Cuando perdió el saque para el 6-7 en el último set, estaba sentenciado. Verkerk conectó cuatro saques a más de 200 kilómetros por hora y lo cerró.

Fue una historia similar a la de Agassi, que, a sus 33 años, perdió en los cuartos de final parisienses por tercera vez consecutiva. Coria, que nunca había pasado de unos octavos de final en el Grand Slam, había apuntado ya sus posibilidades sobre la tierra batida ganando en Hamburgo y siendo finalista en Montecarlo y Buenos Aires. A sus 21 años, estrechó la mano de Agassi y se llevó el mejor regalo: "Tengo su raqueta en mi taquilla". Agassi, el último ganadr de los cuatro grandes, fue su ídolo infantil.

A su vez, Conchita Martínez sólo plantó cara a la belga Kim Clijsters, la número dos mundial, al principio: "Estuve irregular".

Martin Verkerk celebra, exaltado, uno de sus puntos ganadores.
Martin Verkerk celebra, exaltado, uno de sus puntos ganadores.REUTERS

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