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Columna
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Aúpa

Sin recurrir a Rabindranath Tagore, que podríamos ("Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas"), concentrémonos en Bette Davis: "No pidas la luna. Tenemos las estrellas", aconsejaba a Paul Henreid al final de La extraña pasajera. Como colofón, se inoculaban ambos un par de cigarrillos que daba gloria verlos. El hecho de que, en realidad, no haya sol, ni luna, ni prácticamente estrellas, no quita validez a la recomendación. Lo peor es sobrellevarlo sin fumar. Todo en general, quiero decir. Descubrir que el tabaco mata fue positivo para la humanidad. Ahora sólo habría que mejorar el resto.

Pensaba en ello la noche del martes, cuando, recién salida del congelador donde había permanecido las últimas 48 horas, me puse a mirar TVE-1, con la sana intención de fundirme con mis contemporáneos. Tuve la suerte de enchufarme en el preciso instante en que empezaba Generación OT, programa que previsiblemente iba a enternecerme porque a mí me priva mucho el presentador desde que hizo del Marlon Brando de Un tranvía llamado Deseo, en Todo sobre mi madre. Ya saben, aquel que aullaba (precisamente): "¡Stella!", como si le saliera el alarido del fondo del escroto.

El programa, tan estupendo como el presentador, ofreció el regreso de Beth después de Eurovisión, donde fue ungida como una de las pocas personas que admiten con naturalidad haber perdido alguna vez alguna cosa en alguna parte (ver, después de lo visto, Berlusconi y sus rivales, en las recientes municipales italianas; no estamos solos). Y además, por el mismo precio, en dicha retransmisión compareció Nina, que lleva con gracejo su condición de concejala ganadora y ha conducido a las huestes de Convergència i Unió a una de sus victorias más rotundas, en el Ayuntamiento de Lloret de Mar. La atónita oposición no se lo explica. Yo sí.

Haciendo una relectura de Tagore y Davis, he llegado a la conclusión de que, cuando se refería a ver las estrellas querían decir exactamente esto. Y no me parece mal. Esto es lo que hay, y más vale saberlo a tiempo. Gracias a TVE-1, he vuelto al planeta Tierra, sector mejillas escocías hasta el cansancio.

Ahora bien. Ni sueñen con que me haga budista.

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