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Asprilla lanza dos disparos al aire durante un entrenamiento

Faustino Asprilla, jugador del Universidad de Chile desde enero, irrumpió la mañana del lunes en el campo de entrenamiento de Caracol Azul, a las afueras de Santiago, a pesar de que estaba lesionado por los sempiternos problemas en su rodilla derecha. Al delantero colombiano de 34 años, espectador en la grada, no le satisfizo la intensidad de sus compañeros, por lo que acudió a su furgoneta, en la que aguardaba su novia, la explosiva modelo Lina Cardone, sacó su pistola, volvió al césped, gritó: "corred cabrones para que seamos campeones", y disparó dos veces al aire. Luego, cauto, regresó a la furgoneta y se marchó. El presidente del club, René Orozco, afirmó después que se trataba de "una simple pistola de fogueo; son bromas que se hacen entre jóvenes". El directivo añadió que un posterior examen médico descartó que Asprilla anduviera ebrio y bromeó con la leyenda de cowboy que acompaña al Tino al asegurar que la situación resultaba una excelente estrategia publicitaria de cara al próximo encuentro, octavos de final del Torneo de Apertura.

No es la primera vez que Asprilla salta al escaparate informativo por su coqueteo con las armas. Enamorado de las balas, en 1995 fue detenido por disparar al aire en estado de embriaguez. Cuatro años más tarde, el delantero obligó a bailar a unos jóvenes en una discoteca de Cartagena de Indias y lanzó ocho balazos sin consecuencias. Perdió la licencia. Y en 2000, en su localidad natal, Tulúa, se apropió del permiso de armas de su mayordomo para disfrutar con el humo del revólver. Tuvo que pagar cinco mil dólares para esquivar la cárcel.

Cuando dejó las exigencias del fútbol europeo -jugó en el Newcastle y el Parma-, se refugió en Brasil y México, donde según su técnico en el Atlante azteca, Carlos Reinoso, nunca compareció a los entrenamientos. En enero pasado, Asprilla recaló en Chile bajo serias advertencias, sobre todo del técnico. "A la primera, te vas", le dijo nada más pisar el vestuario. Y el colombiano reaccionó con goles y buen juego, lo que le valió su regreso el mes pasado a la selección de Maturana. Sin embargo, su curioso método de arenga amenaza con destripar esta especie de segunda juventud.

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