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Una grieta en un ala causó el accidente del 'Columbia'

Informe oficial del comité de investigación

El comité investigador ha establecido por fin una hipótesis oficial sobre las causas del accidente del Columbia. El aire supercaliente generado por la fricción de reentrada a la atmósfera penetró por una pequeña grieta abierta en el borde frontal del ala izquierda y en pocos minutos desintegró la nave. Lo que los expertos no han podido determinar aún es si la colisión de un pedazo de gomaespuma desprendido del depósito de combustible durante el lanzamiento causó la grieta.

"Ciertamente sospechamos que así pudo ser", señaló el director de la investigación, el almirante retirado Harold Gehman, refiriéndose a ese golpe del pedazo de gomaespuma, pero la comisión no ha confirmado este extremo. Gehman precisó que el informe final, previsto para el verano, difícilmente modificará las conclusiones actuales.

El Columbia se desintegró el pasado 1 de febrero sobre el cielo de Tejas, 16 minutos antes del aterrizaje previsto en Cabo Cañaveral, Florida. Los registros de los sensores de temperatura han aportado información crucial para la elaboración de la hipótesis de trabajo, explicaron los investigadores de la NASA. Los sensores del ala izquierda detectaron subidas de temperatura cinco minutos después del inicio del descenso a Tierra. A los seis minutos los sensores se paralizaron, lo cual indica que los cables se estaban fundiendo. Nueve minutos después se cortó la comunicación con el centro de control de vuelos en Houston.

El último análisis de las imágenes de radar arroja luz sobre el misterioso objeto que se captó flotando en dirección opuesta al Columbia dos días después del despegue. Los investigadores creen que era material del que está construido el borde del ala, que al desprenderse habría dejado la grieta por la que luego penetró el aire caliente. Los astronautas nunca se percataron del fallo.

En Tierra, los ingenieros de la NASA examinaron los efectos del impacto de la pieza de gomaespuma pero concluyeron que no entrañaba peligro. Esa evaluación es ahora objeto de escrutinio, dado que algunos ingenieros sí advirtieron los riesgos, pero los responsables principales no encargaron pruebas fotográficas adicionales. Esas trágicas faltas de precaución y de análisis de riesgo son calificadas por el comité de investigación como "un falso sentido de seguridad", que ha prevalecido en la NASA incluso de la explosión del transbordador Challeger en enero de 1986.

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