_
_
_
_
_
PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LAS LETRAS

Mernissi recuerda su oposición a la guerra

La autora lamenta que España y Marruecos sólo hablen de inmigración y visados

"El premio es importante porque así, entre marroquíes y españoles, hablaremos ahora de algo que no sean inmigración y visados". Éste es el primer comentario que inspira a la escritora y socióloga marroquí Fátima Mernissi, de 62 años, la obtención del Premio Príncipe de Asturias de las Letras.

En España, se han traducido varias de sus obras -Sueños en el umbral, Las sultanas olvidadas, Miedo a la modernidad: Islam y democracia, Marruecos a través de sus mujeres o El harén político: el profeta y sus mujeres- y ha sido comisaria de la exposición Fantasías del harén y nuevas Sherezades, que se exhibe hasta el 18 de mayo en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.

"¿Por qué se habla tanto de visados?", se pregunta Mernissi en una conversación mantenida con este periódico cuando viajaba ayer entre Rabat y Marraquech. "Porque, desgraciadamente, no hay un proyecto común entre nuestros dos países", se contesta a sí misma. "Acaso el premio me brinde una oportunidad de dar a conocer la verdadera cara de Marruecos".

Más información
El diálogo de las culturas une a Sontag y Mernissi

Con la otra galardonada, Susan Sontag, Mernissi sí cree que tiene algo en común: "Somos dos mujeres que hemos estado en contra de la guerra en Irak y eso no es casual". Ella es de origen judío, usted es árabe, ¿hay que darle un significado? "No, no le demos muchas vueltas", responde Mernissi. "Respeto al pueblo judío, al que no identifico con Israel". "Las religiones se tergiversan para enfrentar a los pueblos y vender armas".

Con Sontag, Mernissi tiene también en común el haber derrotado el cáncer que padecía. "Es verdad", comenta, "la gente se suele enconder cuando contrae esa enfermedad pero yo hice lo contrario, no paraba de hablar, de narrar mi experiencia, quería conocer otros casos". "Al final, las personas de mi entorno me decían cariñosamente que me tenía que curar y dejarlas en paz". "Esa actitud me ayudó a vencerlo".

En ningún caso Mernissi interpreta que el premio recompense también la trayectoria de una escritora que luchó por los derechos de la mujer en el mundo árabe. "No, no, yo no soy una militante en el sentido tradicional", afirma. "No me echo a la calle para reivindicar". "Es una pérdida de tiempo y me da miedo la policía". "Mi arma, pacífica, es la comunicación".

Desde principios de los años setenta, esta mujer, profesora de la Universidad Mohamed V de Rabat, ha publicado numerosas obras sobre el islam y las mujeres, pero ahora se ha reconvertido para, explica, dedicarse al impacto de la televisión vía satélite y de Internet sobre el mundo árabe.

"Los canales informativos árabes vía satélite crean una conciencia colectiva y una percepción común de muchos acontecimientos como, por ejemplo, el bombardeo de Bagdad", asegura. "Esto es muy importante".

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_