Un órgano, por favor

María Pérez es de Huelva y tiene 12 años. Desde los cinco meses padece fibrosis quística, una mala noticia para sus pulmones, y desde hace dos años está esperando órganos para un transplante. María lleva dos meses ingresada en el hospital Reina Sofía, en Córdoba, donde esta semana tiene lugar la I Semana Cultural del Libro con el lema La lectura también te cura. El fomento de la lectura se disfraza en esta ocasión de azuzador de la conciencia donante. Los protagonistas son esta vez los propios pacientes infantiles que aún están pendiente de la llamada al quirófano y los que ya pasaron por éste. Al fin y al cabo ellos son los que más dificultades tienen de encontrar uno a su medida.

Con esa intención, María Pérez ganó el primer premio literario con un relato de su vida titulado Mi lucha por poder respirar: "Parece que nunca te van a venir unos pulmones que te vengan bien y yo ahora mismo estoy muy limitada, no puedo correr, no puedo ir en bicicleta, no puedo ir al colegio y casi no puedo ni andar". Sabía que se iba a emocionar, pero quiso leer su redacción delante de las cámaras y ante una treintena de pequeños que también participaron en sendos concursos literarios y de dibujo. Esa imagen puede que haga a muchos aparcar la duda de la donación.

Al mismo tiempo que se despierta el interés por la lectura, la Asociación Andaluza de Transplantados de Pulmón A Pleno Pulmón, que colabora en estas actividades, considera que las edades más tempranas son objetivo prioritario de sensibilización. Así lo expresó ayer la secretaria de la asociación, Amelia Torres, quien abogó por unificar las campañas de concienciación.

La evolución de los datos ha sido positiva en 2002: en Andalucía hubo 32,5 donantes por cada millón de habitantes y la cifra de referencia del hospital Reina Sofía supera con creces la media. Esta estadística aglutina todo tipo de órganos: pulmón, riñón, hígado, corazón, páncreas... Aún así las listas de espera nunca se acaban y aún muere gente en esa agónica paciencia. A día de hoy 850 personas ansían algún tipo de órgano, según el Servicio Andaluz de Salud.

Silvia Aranda tiene seis años, es de Priego de Córdoba y ya ha salido de esa dichosa lista después de que su hermana le prestara parte de su médula ósea. Ayer se llevó un estuche de pinturas casi más grande que ella después de ganar el concurso artístico. Su dibujo era tan sencillo como expresivo y directo. Lo trazó en tres secuencias: Silvia triste esperando; Silvia y su hermana en el quirófano; y la familia de Silvia con sonrisas de oreja a oreja.

Francisca González es la madre de María Pérez, y no se cansa de mirar el diploma que acredita la sincera e impactante narrativa de su hija. El escrito de reclamo que firma María es un reflejo de la madurez y sensibilidad que desarrollan los niños que pasan sus vidas en los hospitales, algo en lo que coinciden médicos y profesores de aulas hospitalarias. María escribe: "Pienso en las cosas bonitas que voy a poder hacer". "Me gustaría decir a todo el mundo que se hagan donantes porque si donan pueden salvar vidas".