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Reportaje:GUERRA EN IRAK | Los tesoros del régimen

El 'Azor' del dictador iraquí

El buque más grande de la Armada de Irak

El yate de Sadam Husein, botado en 1982 y bautizado con el mombre de Al Mansur, que en árabe significa el Victorioso, aún se mantiene a flote en el estuario de Chat al Arab pese a haber sido bombardeado tanto desde el aire como desde tierra por las fuerzas británicas y norteamericanas en los primeros días de la guerra. Construido por una empresa finlandesa, el Al Mansur fue durante años el buque más grande de la Armada iraquí pese a no tener uso militar.

Atracado en los muelles de Basora, el yate es ahora en parte un amasijo de hierros y algunas secciones han desaparecido por completo, pero aún conserva vestigios de su época de esplendor.

Diseñado por el propio Sadam, el barco está suntuosamente decorado con marfil, maderas exóticas y accesorios de plata y oro. Según la BBC, en el centro del yate hay un enorme salón acristalado con asientos para 200 invitados.

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Sadam disponía de cinco cabinas de lujo para él y su familia. El dictador iraquí tenía también en su camarote privado un pasadizo secreto que descendía hasta un submarino. El baño, decorado como cualquier hotel de lujo árabe y actualmente cubierto de hollín, disponía de un enorme jacuzzi. En otra habitación quedan algunas sillas de terciopelo y restos de lo que un día fue una mesa de ping-pong.

El yate también contaba con una clínica bastante bien equipada, con medicinas y guantes de cirujano, un quirófano y aparatos electrónicos. Pese a que Irak ha sufrido durante la última década una acuciante falta de material sanitario debido al embargo internacional, los objetos que se pueden ver en el Al Mansur parecen no haber sido usados durante años.

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El yate era custodiado por 120 soldados, seleccionados entre los miembros de la Guardia Republicana Especial, que realizaban turnos de 24 horas por si Sadam decidía hacer uso de él en cualquier momento.

Prueba del cariño que le tenía el dictador iraquí al barco es que cinco días antes de que empezara la guerra ordenó que fuera trasladado, protegido por fuerzas de la Armada iraquí, desde su puerto habitual en Um Qasr, al sur del país, al puerto interior de Basora en un intento de guarecerlo de los ataques de la coalición.

El plan no funcionó y hoy flota como un monumento de chatarra de una época acabada.

Los restos del restaurante a bordo del yate de Sadam, en Basora.
Los restos del restaurante a bordo del yate de Sadam, en Basora.REUTERS

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