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Cojo, pero feliz

Cojo y feliz. Así cruzó ayer Fernando Alonso la pista del aeropuerto de Asturias. Lo primero que hizo fue sacar la copa que logró por su tercer puesto en Brasil. Aunque restó importancia a las secuelas del accidente, viajará hoy o mañana a Italia para ser examinado por los médicos de Renault y afrontar en buenas condiciones la carrera del día 20 en Imola.

El piloto español reconoció que el dispositivo de seguridad para la cabeza y las vértebras implantado este año, le libró de una lesión segura: "Sin él, habría tenido un grave problema en el cuello".

Frente al clima de euforia que le rodea, Alonso se esfuerza por transmitir serenidad. Considera que ya ha superado los objetivos para su primer curso con un coche competitivo.

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