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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Esfuerzo alemán

El canciller alemán, Gerhard Schröder, enfrentado a una economía congelada y a punto de entrar en recesión, con 4,7 millones de parados, planteó ayer por primera vez un serio programa de reformas laborales y recortes del Estado de bienestar. Schröder se halla en horas muy bajas sólo medio año después de renovar su mayoría de Gobierno gracias a sus reflejos políticos ante las inundaciones del verano y a su prematura y radical oposición a la guerra contra Irak. Su radicalismo antibelicista le permite ahora exigir a sus ciudadanos las reformas que ni la derecha ni él mismo pudieron abordar en el último decenio.

El programa aspira a crear "el máximo de empleos con el mínimo de dinero", combinando medidas de estímulo de la demanda -15.000 millones de euros para municipios y construcción- con recortes en las prestaciones sociales que contengan el déficit. La exportación alemana todavía crece, demostrando que mantiene su competitividad, pero las grandes empresas están deslocalizando sus actividades hacia países con menores costes laborales. Ello se debe en buena medida al componente de costes sociales, que suponen una carga adicional para la empresa equivalente al 40% del salario. Al mismo tiempo, la rígida legislación sobre el despido dificulta la contratación, especialmente de jóvenes. Esta idea, en la que viene insistiendo desde hace mucho tiempo la patronal, ha sido finalmente adoptada también por el Gobierno rojiverde. Schröder propone abaratarlo introduciendo formas más flexibles de despido y también de contratación temporal. La reforma incluye recortes en los gastos sanitarios y en el subsidio de paro: de 32 a 18 meses.

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Para que esta reforma llegue a buen término, Schröder tendrá que negociar más con los sindicatos que con una oposición conservadora que ha reaccionado positivamente y cuyo apoyo necesita en la Cámara territorial, el Bundesrat, en lo que podrá aparecer como una gran coalición de hecho. Por su izquierda está relativamente protegido. Schröder sabe que ésta es una oportunidad para intentar recuperar la iniciativa. Toda Europa está interesada en el éxito de las reformas, porque si la locomotora alemana entra en recesión toda la zona euro se resentirá. Por esta razón, el esfuerzo de Alemania, que exportó a toda Europa su cultura de la estabilidad macroeconómica, aunque ahora tenga problemas de déficit presupuestario, se vería ayudado si el Banco Central Europeo procediera a una nueva y significativa rebaja del tipo de interés.

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