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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Tejido de voces

J. Ernesto Ayala-Dip

La última novela de Jesús Ferrero transcurre durante unos pocos días de verano de 1939. La guerra ya ha terminado. Franco y sus secuaces acampan a sus anchas al son de una nueva guerra. La del miedo, la venganza y la inclemencia. Los contendientes se dividen férreamente en vencedores y vencidos. La maquinaria del terror se ha puesto en marcha y las órdenes de fusilamiento son el pan de cada día. El autor de Bélver Yin echa mano de una época terrible. Madrid se empaña de miseria, delación y tiros de gracia. Las trece rosas refleja estas circunstancias históricas. El nudo argumental de esta novela no invitaba a la sensualidad textual de títulos anteriores. Ferrero desgrana ahora una historia que está registrada en los archivos de las infamias históricas. La tragedia que describe es colectiva, pero su plenitud y acierto tienen que ver con las posibilidades que ofrece la novela como género para penetrar en las conciencias individuales, y haberlas sabido plasmar en su relato.

LAS TRECE ROSAS

JESÚS FERRERO

SIRUELA. MADRID, 2003

233 PÁGINAS. 17,50 EUROS

Más información
"El olvido en España ha sido aterrador"

Trece muchachas son deteni-

das y torturadas, tras ser acusadas de colaborar con las autoridades derrotadas. Como acto de represalia, por un atentado cometido contra unos militares, son sentenciadas a la pena capital. Cada una de estas muchachas, casi todas al borde de abandonar la adolescencia, tiene su historia particular. Desde la perspectiva de una voz omnisciente, pero no tanto como para que no la sintamos como testigo conmovido, junto al testimonio de tres chicos y un perro, Jesús Ferrero urde un transparente tejido de voces: las de las chicas condenadas, amén de ser vejadas y humilladas, las de sus novios y maridos, incluidas las voces de sus verdugos. El relato en tercera persona sirve al autor para abarcar la totalidad sociológica de los actores de esta tragedia. Nuestra mirada se posa en las víctimas y sus desesperanzas, pero a la vez repara en la oprobiosa existencia de quienes llevaron a cabo su canallesco trabajo. Al lado del dolor, la impunidad. Al lado de los amores encendidos de la juventud, el odio al cuerpo y a las ideas.

Las trece rosas es una novela, aunque por debajo aliente el espíritu grave de una tragedia. Una tragedia que Ferrero suaviza con una escritura perfectamente dosificada de lirismo y distanciamiento descriptivo. Y no sólo lo es por su impacto emotivo y doloroso, también lo es por el registro coral y trascendental de lo que se enuncia en ella. Los diálogos entre las muchachas, entre éstas y el cura que las prepara para el abismo, tienen el tono de los destinos nacidos para el ejemplo moral y las metáforas históricas. En este relato pululan niños desorientados por un absurdo que apenas comprenden pero que les dolerá siempre. Al lado del recuerdo de esas muchachas que tuvieron una esperanza, esos niños crecerán con la imagen de sus cuerpos bellos y rotos por la intolerancia. Jesús Ferrero ha escrito una hermosa novela.

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