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Tribuna:TRIBUNA SANITARIA
Tribuna
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El fraude en los tratamientos para adelgazar

Adelgazar o, mejor dicho, eliminar el sobrepeso es una medida saludable; más aún cuando, desgraciadamente, la obesidad se ha convertido en una enfermedad cada vez más frecuente en los países desarrollados, lo que le ha valido que sea declarada por la Organización Mundial de la Salud como la pandemia del siglo XXI. Sin embargo, no hay que confundir la salud con la estética de la moda y menos aún tolerar que el buen hacer de muchos médicos y profesionales de la salud se vea sobrepasado por una seudociencia comercial que en muchos casos entraña graves riesgos para la salud y en todos ellos para el bolsillo del consumidor.

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) creó en el año 2001 el Centro de Información de la Obesidad (teléfono: 900 101 646), con el objetivo de que quienes quieran abordar con efectividad el problema del sobrepeso puedan consultar tanto sus dudas personales como la eficacia o no del método de adelgazamiento que están siguiendo o van a emprender. La finalidad principal, en definitiva, es la de concienciar a estas personas de que el proceso de adelgazamiento debe no sólo ser definido y controlado por un médico experto, sino que no existen recetas, productos o sistemas milagro. Tras un año y medio de actividad, se han recibido numerosas consultas acerca de productos, clínicas, métodos diagnósticos y sistemas de adelgazamiento que, además de poner en grave riesgo la salud de las personas que se someten a ellos, son también un fraude al consumidor y en algunos casos constituyen un delito contra la salud pública que en general se realiza al amparo de los vacíos legales actuales.

Además del control médico, es necesario un control legal que ahora es casi inexistente
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La SEEN ha colaborado con las autoridades sanitarias e incluso se ha producido alguna intervención judicial que se ha cerrado con la detención de algunos profesionales sanitarios por elaborar y comercializar fórmulas magistrales preparadas con sustancias prohibidas. Del mismo modo, se ha solicitado a las autoridades sanitarias y de consumo que investiguen supuestos productos milagro cuya publicidad bombardea al consumidor desde medios de comunicación de gran audiencia (vinagre de manzana, chitosán, determinados preparados a base de plantas, etcétera). Otro de los métodos denunciados a las autoridades es el que se vale de un sistema diagnóstico para determinar la intolerancia (alergia) a alimentos para, sin ninguna base científica, elaborar una dieta en la que se eliminan todos los alimentos a los que esta prueba evidencia una mínima sensibilidad. Tristemente, la lista es interminable, pues para algunos empresarios oportunistas el adelgazamiento se ha convertido en un filón comercial que juega con el desconocimiento científico de las personas, pone en muchas ocasiones en peligro su salud y genera comportamientos sociales que llevan, por ejemplo, a la anorexia y otras enfermedades.

El mes de enero y la primavera son, en este sentido, fechas clave para este bombardeo publicitario contra la salud. Los excesos navideños y la exhibición del cuerpo en playas y piscinas durante el verano son los argumentos comerciales. La publicidad se viste de ciencia con argumentos incomprensibles para el profano, pero vacíos de experiencia clínica controlada. Y todo vale para atraer las esperanzas y los recursos económicos de las personas con sobrepeso hacia el ansia de adelgazar.

Cierto es que son muchas las personas que logran perder kilos con estos métodos e incluso en ocasiones muchos kilos en poco tiempo. Pero el adelgazamiento se realiza en la mayoría de los casos a costa de masa muscular y no de grasa, así como el inducir un déficit patológico de nutrientes y de sacrificios económicos y personales que generalmente concluyen en la frustración que supone la recuperación del peso perdido.

Lo que deben saber las personas con sobrepeso es que sólo hay una forma de adelgazar saludablemente: una dieta equilibrada definida y controlada por un médico experto, ejercicio y un cambio definitivo en los hábitos de vida. Pero, de momento, además del control médico, también es necesario el control legal que en la actualidad desgraciadamente es casi inexistente.

Joan Soler y Susana Monereo son presidente y secretaria de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición.

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