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Reportaje:

Una obra de 27 horas de 'Sexo' sin interrupción

Escena Contemporánea ofrece también una especie de sátira de la España actual a través de la boda de Ana Aznar

Son montajes escénicos marcados por lo insólito, desarrollados en espacios inusuales o de duración extraordinaria. Una de las obras, Sexo, trascurre a lo largo de 27 horas seguidas. Otra se enmarca en el Palacio de Linares; una tercera, en una cárcel de la Inquisición, en Lavapiés; hay también jamsessions con instrumentos realizados con chatarra, y espectáculos desarrollados en un gran salón de bodas que juegan a parodiar el enlace de la hija del presidente del Gobierno. Éstas son algunas de las propuestas que el festival Escena Contemporánea ha programado dentro de su ciclo Experiencias. Propuestas marcadas también por aspectos extrateatrales, que han alertado a algunos creadores.

La muestra presenta unos espectáculos que difícilmente se podrían ver en teatros y salas normales

El Festival Escena Contemporánea, una de las pocas muestras europeas especializadas en programar lo más innovador y rompedor de las últimas corrientes y tendencias, en lo que a artes escénicas se refiere, tanto en España como fuera de ella, ofrece un ciclo de espectáculos que difícilmente se podrían ver en teatros o salas destinadas a la exhibición comercial. Sus características, en cuanto al espacio y al tiempo, hacen que sea complicado encontrarles un sitio.

Los organizadores del ciclo, jóvenes creadores adscritos al siempre emergente y dinámico mundo de las salas alternativas, en su intento de reflexionar y cuestionar los límites admitidos de la teatralidad, han recogido, coproducido e incluso estimulado, la creación de estas experiencias. Inició el ciclo hace dos semanas Desert Rain, montaje de la compañía inglesa Blast Theory, con el que se abrió el festival y que estaba dedicado a vivir experiencias entre lo real y lo virtual.

Ahora les llega el turno a cuatro nuevos montajes. Alicia murió de un susto es una propuesta cercana al género de terror que se realiza en un recorrido de hiperrealismo desesperado por 12 habitaciones del Palacio de Linares (hoy Casa de América). Una especie de viaje iniciático en el que se narran las últimas horas de la familia Moró de Justo, encerrada en esa mansión escasamente iluminada. El espectáculo, estrenado anoche, permanecerá hasta el próximo día 16.

El colectivo Proyecto Sur ofrece su primera propuesta, El hueco, del 14 al 19 de febrero en una antigua cárcel de la Inquisición. Un sótano debajo de otro sótano acoge a este montaje que surgió a raíz de unos intercambios de trabajo entre latinoamericanos y españoles. Un trabajo realizado entre el director de escena español Adolfo Simón y la actriz y pintora argentina Jacqueline Bonacic: "Es algo a medio camino entre la experiencia teatral y un ritual con el que evocar a mujeres maltratadas, privadas de libertad, de conciencia", explica Simón, quien afirma que los espectadores, que pasan de nueve en nueve, pierden la noción del lugar donde están.

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Donald Knaak, un original músico estadounidense que ofrece insólitos conciertos seguidos de jamsessions con instrumentos e instalaciones sonoras realizadas con materiales de desecho, donde pueden participar decenas de personas, ofrece su montaje Junkman (El chatarrero) en el teatro Pradillo (día 14), y el día 15 en la plaza de la Prosperidad a las 12.00 y en La Casa Encendida a las 20.00. Animalario ofrecerá Alejandro y Ana. Lo que España no pudo ver del banquete de la boda de la hija del presidente, los días 18, 19 y 20, y lo hace en un auténtico salón de bodas de la calle de Mantuano. El montaje ha sido calificado así por la compañía: "No es una parodia, es un trabajo que nace de la inquietud por la política de nuestro país", afirmó su director, Andrés Lima.

La compañía Interno presentará Sexo, el espectáculo más largo que se ha ofrecido en Madrid de manera ininterrumpida. Comenzará el 22 de febrero a las 20.00 y terminará el 23 a las 23.00. Los actores están continuamente en una ficcionalización, ya que comer o dormir se incluyen dentro del desarrollo dramático de esta obra que explora la sexualidad en el mundo contemporáneo. "No se trata de un maraton, sino de una indagación sobre el universo de la sexualidad, donde el público puede salir o entrar, pero en unos momentos concretos", señaló ayer el director y dramaturgo del montaje, Juan Carlos Montagna, quien señala que cada actor se convierte en un personaje capaz de contener todas las variables del universo sexual.

Prácticamente están vendidas todas las entradas para asistir a estos espectáculos. De cualquier forma, hay que reservar antes en la sede de Escena Contemporánea, en el teléfono 91 360 44 08, excepto para Junkman, que hay que llamar al teatro Pradillo en el 91 416 90 11 o La Casa Encendida en el 91 506 38 78.

Más información en el 012 y en www.escenacontemporanea.com

Textos polémicos

El grupo Animalario pasó un mal trago hace un mes. Fue antes de que esta compañía madrileña se hiciera famosa por la participación de algunos de sus miembros -como Juan Cavestany, Andrés Lima, Alberto San Juan o Guillermo Toledo- en el guión y desarrollo de la polémica gala de entrega de los Premios Goya. Aquella en que muchos de los artistas premiados gritaron "No a la guerra".

La información que sobre su espectáculo Alejandro y Ana incluyeron en la documentación de Escena Contemporánea sufrió una mutilación, impulsada desde la Consejería de las Artes, uno de los patrocinadores de la muestra, según el director, Andrés Lima. Éste asegura que tras el paso por este organismo desapareció el subtítulo de su montaje Alejandro y Ana, que no es otro que Lo que España no pudo ver del banquete de la boda de la hija del presidente, además de algunas frases suyas, o los autores, Juan Cavestany y Juan Mayorga. Lima, que no duda en calificar de estupidez este gesto, afirmó también no haber recibido ningún tipo de presión a la hora de realizar su trabajo. Fuentes de la Consejería de Las Artes negaron ayer que se produjera ningún tipo de mutilación.

En la obra, Lima ha imaginado conversaciones, chismorreos, negocios y pensamientos que atañen al presente y futuro del país, utilizando para ello la boda de El Escorial.

También la directora de Alicia murió de un susto, la argentina Moro Anghileri, está sorprendida por el "espionaje" al que dice haberse visto sometida por la dirección de la Casa de América: "Hay una gran preocupación por si en la obra salen desnudos; que la actividad artística esté relacionada con la moral católica me hace pensar que se vive un periodo de involución", afirmó.

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