LA FIESTA DEL CINE ESPAÑOL
JESÚS RUIZ MANTILLA | Madrid
Fueron los Goya de la subversión, del no a la guerra, del nunca máis, del grito libre y a la cara de la gente del cine contra un presente que no les gusta. Y como tal, todo estuvo medido, hasta los premios, porque en medio del acto de protesta, que fue una gala en La Primera de TVE y horario de máxima audiencia, se alzó la alta figura de Fernando León, que es un madrileño nacido, no en vano, en mayo del 68, y su cine comprometido con los cinco premios de Los lunes al sol.
Pasada la gala de los Goya, con su mensaje rotundo de "No a la guerra", continúa la polémica. Los derechos de retransmisión los tenía Televisión Española, y como tal distribuyó imágenes ayer por la mañana al resto de cadenas, que comprobaron que en la selección enviada faltaban todas las imágenes y comentarios combativos de la gala.
Con un discurso titulado De la continuidad. Tiempos de historia y de cultura, en el que agradeció a la Real Academia Española (RAE) su entrada en la institución como la culminación de su "desexilio", Claudio Guillén tomó ayer posesión del sillón m.