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La madre Teresa será beatificada en octubre, a los seis años de su muerte

Agnes Gonxha Bojaxhiu, más conocida como madre Teresa de Calcuta, batirá un récord de velocidad en el ascenso a los altares. Será proclamada beata el próximo 19 de octubre, apenas transcurridos cinco años de su muerte. Algo inaudito si se tiene en cuenta que la normativa vaticana fija un mínimo de cinco años de espera antes de iniciar un proceso de canonización. Teresa de Calcuta ha sorteado este impedimento gracias al interés personal del Papa, que ayer promulgó los dos decretos necesarios (el que sanciona las virtudes heroicas, y el que acredita la validez del milagro a ella atribuido) para alcanzar la beatitud.

Teresa de Calcuta, una albanesa nacida en Spkopje (hoy Macedonia) el 20 de agosto de 1910, fundadora de las Misioneras de la Caridad, que se hizo famosa cuidando a los enfermos y moribundos que yacían en las calles de Calcuta, murió el 5 de septiembre de 1997, a los 87 años, apenas unos días después que la princesa Diana de Gales, a la que había recibido también en su centro de asistencia a los enfermos. La madre Teresa recibió el Premio Nobel de la Paz en 1979.

El postulador de la causa de la madre Teresa, el religioso canadiense Brian Kolodiejchuk, ha coronado el proceso en tan breve tiempo gracias a una joven de religión animista pero devota de la religiosa albanesa, Mónica Bersa, de 34 años, que padecía un tumor en el abdomen del que se curó el 5 de septiembre de 1998, un año después de la muerte de la madre Teresa, después de que le fuera colocada una medalla de la religiosa en la zona enferma.

El milagro ha sido muy criticado en India por diferentes expertos médicos, que niegan rotundamente ninguna intervención de la futura beata. En el inmenso subcontinente de milenarias tradiciones espirituales se ven con preocupación los avances de la Iglesia católica, que predica una fe incompatible con el conformismo que ha permitido la supervivencia de las castas. La muerte de Teresa de Calcuta fue acogida con consternación en el país, donde se le dedicó una despedida digna de un jefe de Estado.

El escritor británico Christopher Hitchens, autor de La Posición del Misionero, acusaba a la religiosa de haber aceptado donaciones de dictadores particularmente odiosos como el de Haití, Baby Doc Duvalier, y de mantener actitudes discutibles hacia los pobres. La madre Teresa veía hermoso que los pobres aceptaran su destino y creía firmemente que el sida era un castigo a conductas sexualmente desviadas.

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