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ELECCIONES TURCAS

La crisis del régimen de partidos tradicionales coloca a Turquía ante retos históricos

El nuevo Gobierno tendrá que encarar las negociaciones con la UE y el conflicto de Irak

La radical transformación del mapa político turco, que anticipa la desintegración de todo un sistema de partidos tradicionales, se produce en medio de la más grave crisis económica desde la II Guerra Mundial y cuando Turquía debe afrontar retos como la integración en la UE y el eventual conflicto en Irak. En medio de un apretado calendario de pesadilla, el nuevo Gobierno surgido de los comicios de ayer tendrá que encarar las impopulares exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), un posible portazo de los Quince en Copenhague y las imprevisibles consecuencias de una guerra en sus fronteras.

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Con una caída del producto interior bruto del 10% el año pasado, la recesión en la economía turca ha arrojado al paro a más de dos millones de turcos y ha disparado la tasa de desempleo por encima del 20%. Hasta la mitad de la población puede situarse en niveles de ingresos por debajo del umbral de la pobreza, fijado en 150 euros mensuales. 'Sin estabilidad política no podremos cumplir nuestros compromisos con las instituciones internacionales', ha recordado Kemal Dervis, ex ministro de Economía y candidato socialdemócrata en las elecciones.

El FMI acordó un crédito extraordinario de más de 16.000 millones de dólares para intentar sacar a flote a la economía turca. La entrega de una sustancial parte del préstamo, unos 3.000 millones de dólares, ha quedado aplazada hasta después de los comicios.

Lo mismo parece haber ocurrido con la candidatura de adhesión a la UE. Después de haber sido excluida en el último calendario de los Quince, Turquía confía en que el Consejo europeo que se reúne el próximo 12 de diciembre en Copenhague deje una puerta entreabierta a sus aspiraciones. Casi todos los partidos políticos turcos, desde los islamistas de Erdogan hasta los nacionalistas kurdos, defienden la integración de Turquía en la UE. Sólo se han opuesto en la campaña los grupos de ultraderecha y el populista Cem Uzan.

A pesar de las reformas democráticas, los Quince consideran que Turquía aún tiene que recorrer un largo camino para alcanzar los niveles democráticos de los aspirantes. La separación del Ejército del poder político en Ankara es la principal exigencia.

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Otra de las llaves que puede abrir la puerta europea es Chipre. Ankara ocupa militarmente desde 1974 el norte de la isla, con el pretexto declarado entonces de impedir una anexión a Grecia. Un gesto de Ankara para que los líderes turcochipriotas acepten el plan de la ONU puede ser la mejor señal ante la cumbre de Copenhague.

La unanimidad entre los partidos turcos también se plasma en Irak. El líder islamista moderado Recep Tayyip Erdogan acepta el papel de su país en la OTAN y como aliado privilegiado de EE UU, pero, como el primer ministro saliente, se opone a una intervención directa desde territorio turco.

Varias personas se asoman a las ventanas de un colegio electoral para ver cómo abandona el edificio Erdogán, el líder del Partido de la Justicia y el Desarrollo.
Varias personas se asoman a las ventanas de un colegio electoral para ver cómo abandona el edificio Erdogán, el líder del Partido de la Justicia y el Desarrollo.AP

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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