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El hospital Josep Trueta afronta obras urgentes tras la caída de un falso techo

El riesgo de desprendimientos afecta a todo el edificio

El hundimiento de un falso techo que el pasado lunes por la tarde causó heridas leves a una paciente mientras estaba siendo atendida en urgencias del hospital Josep Trueta de Girona ha permitido descubrir zonas con riesgo de desprendimientos en todas las plantas del edificio. La dejadez en los acabados de las obras de ampliación del hospital fundacional, terminadas en 1982, ha comportado que los revestimientos cerámicos de la antigua fachada perimetral, con un peso cada uno de hasta 25 kilos, puedan desprenderse ahora y hacer ceder los falsos techos.

La dirección del centro hospitalario, pese a asegurar que el riesgo es mínimo, empezó el pasado miércoles a extender redes de protección bajo los techos afectados y calcula que en un mes y medio podrían estar terminadas las obras de consolidación de la fachada.

El accidente del lunes, ocurrido a las 18.30 horas, originó heridas leves en el ojo izquierdo y la cara de una paciente. El desprendimiento causó alarma en la dirección del hospital, aunque permitió advertir un riesgo que permanecía latente tras los falsos techos. Una revisión técnica, en la que se realizaron catas en diversos puntos de los techos del edificio, constató la posibilidad de que el accidente ocurrido en la zona de urgencias se reprodujera en otras dependencias del hospital. Los técnicos descartaron relación alguna del desprendimiento con las actuales obras de reforma de urgencias, aunque según fuentes no oficiales del centro hospitalario, las vibraciones de estos trabajos sí podrían haber acelerado el desprendimiento.

El gerente del hospital, Salvador Aymerich, explicó ayer en conferencia de prensa que se ha dado prioridad a 'la seguridad de las personas por encima de todo' y que las obras supondrán que durante unos 20 días algunas actividades programadas sean más lentas. Las reformas obligarán a cerrar, entre otras dependencias, cuatro quirófanos y algunas zonas de consultas externas.

Hospital de 1956

Una veintena de operaciones deberán posponerse. El hospital se ha comprometido a avisar con 36 horas de antelación a los pacientes que tengan programadas operaciones y visitas que vayan a ser anuladas.

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Todas las aberturas de conexión practicadas en las antiguas paredes exteriores del hospital construido en 1956, a partir del cual se expandió entre 1979 y 1982 el actual centro, deberán ser consolidadas. El arquitecto Lluís Moya explicó ayer que las obras de ampliación del hospital no tomaron en consideración que, tras eliminar unos 800 metros de viejas paredes perimetrales, unas piezas cerámicas de 10 por 50 centímetros quedaban suspendidas en el aire sin una sujeción clara. Las obras que con carácter de urgencia se han iniciado en el hospital consisten en fijar en la estructura vertical angulares metálicos que sujetarán estas piezas en el techo. Como primera medida de precaución, mañana quedará completada la instalación de redes protectoras bajo todos los techos afectados.

Fuentes del hospital aseguraron que no se ha efectuado todavía una estimación del coste de las obras, aunque sí aclararon que no entrarán en la garantía de la ampliación del edificio, que caducó hace 10 años.

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