El Gobierno italiano descarta una intervención en el capital de Fiat
Los sindicatos piden un nuevo plan industrial
La crisis de Fiat, primer grupo industrial de Italia, tomó ayer un nuevo sesgo. Las declaraciones de dos miembros del Gobierno italiano, el viceministro de Economía, Mario Baldassarri, y el ministro de Trabajo, Roberto Maroni, quienes sugirieron que el Estado no entrará en el capital de la empresa y que están dispuestos a autorizar los subsidios de paro y prejubilaciones reclamados por la automotriz de Turín.
Baldassarri señaló que el Gobierno italiano está dispuesto a sostener 'el esfuerzo industrial de Fiat' para superar la actual crisis. Baldasarri afirmó que 'puedo excluir una intervención directa del Estado en el capital accionario del grupo industrial'. Maroni, por su lado, dejó claro que al Ejecutivo no le queda otra posibilidad que autorizar el recurso a las subvenciones al paro y a las prejubilaciones que reclama la Fiat, que ha solicitado el 'estado de crisis' para poder tener acceso a este capítulo.
Baldasarri y Maroni dieron, de esta manera, nueva credibilidad a la línea de acción de la empresa y los bancos acreedores, favorables a la aplicación rigurosa del plan industrial que prevé más de 8.000 despidos.
Los sindicatos habían solicitado al Gobierno que impidiera a Fiat poner en marcha el programa de despidos, que afecta a una quinta parte de los trabajadores de la matriz, Fiat Auto, y de sus filiales Comau y Magnetti Marelli. Además, las centrales sindicales pidieron que se obligara a la compañía a presentar un nuevo plan industrial, con alternativas de desarrollo sin despidos.
Maroni respondió negativamente a esta propuesta. 'Si el Gobierno reconoce el 'estado de crisis' -y me parece difícil que no lo haga- la Fiat puede poner en marcha inmediatamente el recurso a los subsidios', declaró ayer,luego de una semana de intenso contacto con los sindicatos.