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Reportaje:

Invasión de mejillones cebra en el río Ebro

Una plaga de moluscos originarios del Mar Negro amenaza el ecosistema y las plantas eléctricas entre el delta y Mequinenza

El mejillón cebra invade el río Ebro y amenaza su ecosistema. Este molusco de hasta tres centímetros, originario de los mares Caspio y Aral, se reproduce a gran velocidad y es capaz de dañar además las conducciones de agua, las depuradoras o las plantas eléctricas. La empresa de energía Endesa, propietaria de varias centrales en la zona afectada, ha creado un grupo de trabajo para luchar contra una plaga que ya afecta al tramo comprendido entre la desembocadura del Ebro y las proximidades del embalse de Mequinenza (Zaragoza).

El mejillón cebra prolifera de forma imparable en el Ebro y alcanza a su cuenca: se han localizado ejemplares en el embalse de Ribarroja (que comparten Cataluña y Aragón) y en los cauces bajos de los ríos Cinca y Matarraña. Este molusco (Dreissena polymorpha) se ha extendido por gran parte de Europa y Norteamérica. Su presencia en el Ebro puede deberse a la navegación de alguna barca contaminada con larvas del molusco. La plaga se ha detenido en la localidad de Mequinenza sin alcanzar el embalse.

Endesa estudia cómo detener el avance que ya ha dañado algunas de sus instalaciones
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Localizador: La invasión del mejillón cebra

La existencia del mejillón cebra en el Ebro se detectó hace un año, pero la rapidez de su propagación -en septiembre de 2001 había colonias de 2.000 individuos por metro cuadrado, ahora las hay de 40.000- dificulta los esfuerzos para frenar su expansión. En otros países se han localizado colonias de hasta 700.000 mejillones por metro cuadrado.

El mejillón cebra pone en peligro la flora y la fauna autóctona, pero también supone una amenaza para ciertas infraestructuras, incluidas las centrales eléctricas. Endesa ha creado este verano un grupo de trabajo para saber cómo actuar contra la plaga. Antoni Palau, responsable de ese proyecto, asegura que están a punto de iniciar la investigación 'para saber cómo y dónde actuar a fin de detener el avance'. Endesa Generación tiene instalaciones en la parte baja del Ebro ya afectadas por la plaga. La compañía se apoya en los informes de las universidades de Zaragoza y Lleida que constatan la plaga. En principio, la invasión no preocupó demasiado a las autoridades de Aragón y Cataluña ni al Ministerio de Medio Ambiente.

El profesor José Luis Múzquiz, titular del departamento de Enfermedades Infecciosas y Epidemiología Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, es rotundo: 'Los mejillones matan el sistema en el que se introducen y 'devastarán' el río'. Múzquiz trabaja junto a Ramón Álvarez Halcón, de la Sociedad Española de Malacología, en el estudio de un molusco nocivo que tapiza los fondos de ríos y pantanos. 'Los mejillones devoran la fauna y la flora autóctona, dejan el agua sin óxigeno, aparecen las algas y todo muere', dice Múzquiz.

Desde la estación biológica del Aiguabarreig, un espacio natural en la confluencia de los ríos Segre y Ebro (cerca de Mequinenza), se dieron el pasado verano las primeras voces de alarma. Su director, Guillem Chacón, ha advertido reiteradamente que si el problema no se abordaba en serio podría provocarse una catástrofe ecológica.

El Gobierno de Aragón puso en marcha la pasada primavera una campaña informativa destinada sobre todo a los pescadores. Pero el mejillón ha seguido avanzando, los problemas han aumentado y la campaña, según los ecologistas, no ha servido de nada.

El mejillón cebra ha supuesto más de un problema para ayuntamientos como el de Fayón (Zaragoza). Su alcalde, José Arbonés, pedía meses atrás medidas para limpiar tuberías y depuradoras cegadas por el molusco. Múzquiz asegura que la invasión de las infraestructuras es más fácil de controlar. 'Se puede aplicar un tratamiento con hipoclorito unido a la limpieza y se soluciona el problema. Eso no puede hacerse en el río o en los pantanos'. La única solución allí es instalar estaciones de control destinadas a limpiar barcas y aperos. 'Las competiciones deportivas que se celebran en los pantanos no controlan si las barcas se infestan del molusco, que se traslada así a otros puntos', añade. Hasta ahora se ha combatido sobre todo con la buena voluntad de los pescadores y los llamamientos de algunos alcaldes.

Mejillones cebra recogidos en el Ebro junto a una moneda de un euro que permite comparar el tamaño.
Mejillones cebra recogidos en el Ebro junto a una moneda de un euro que permite comparar el tamaño.JULIO F. FOSTER

Amenaza de 3 centímetros

El mejillón cebra, del que apenas hay bibliografía en España, fue descrito en el siglo XVIII como especie autóctona del Mar Caspio y Aral. Es un molusco bivalvo que alcanza los tres centímetros. Se desarrolla en agua dulce pero se adapta a la salobre. En el río Llobregat comenzó a introducirse en los ochenta, pero las riadas de 1982 terminaron con él. Consume mucho fitoplancton, prolifera a gran velocidad y compite con las especies autóctonas. Cuando muere, las conchas vacías se depositan en el fondo y alteran el sustrato. Se propaga cuando se suelta agua con larvas o llega en embarcaciones que están contaminadas. El mejillón ya ha colonizado lagos y ríos de Europa y EE UU, donde supone más de 5.000 millones de dólares al año en pérdidas económicas y en medidas de control, según informó la Guardia Costera en marzo. Además, los sistemas empleados para terminar con él, ondas, procedimientos termales o químicos, son muy costosos y no siempre dan resultados. Desde luego no son aplicables en un río ni en un lago, sólo aguas cerradas, por lo que hoy por hoy no hay forma de eliminarlo del Ebro. Se investiga con una toxina que pueda eliminarlo.

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