_
_
_
_
_
Gran Premio de Portugal | MOTOCICLISMO

50 caídas y el hospital vacío

A las 10:16 de ayer, una hora más en España, Joan Olivé salía despedido de su Honda nada más darse la salida a la prueba de 125cc. Casi cinco horas después, Sete Gibernau, a poco de que finalizara la carrera de MotoGP, que encabezaba, se estrellaba contra el asfalto. Ellos fueron el primer y el último corredor en caerse ayer en Estoril, un circuito donde se produjeron 50 accidentes a razón de 27 en 125cc, 14 en 250cc y nueve en MotoGP. Pero sólo un corredor tuvo que pasar por el hospital: Gibernau.

La lluvia convirtió el circuito de Estoril, ya de por sí complicado, en una trampa. Y en ella cayeron un total de 40 corredores protagonistas de esos 50 accidentes. Porque algunos repitieron. Y el que más, Toni Elías, que se pegó tres costalazos casi consecutivos y aún así logró terminar en el cuarto de litro, el 13º, con la moto destrozada. 'Me la he pegado tres veces y me he llevado tres puntitos para seguir luchando en la clasificación general. No está mal', declaró el corredor catalán.

Más información
Gibernau se estrella en cabeza

Pero la caída más dura, por lo que representó, fue la de Gibernau. Aunque el daño moral pueda superar por mucho al físico, estando como estaba a punto de ganar una carrera por segunda vez en su vida, el golpazo que se dio Gibernau bien pudo tener consecuencias graves dada la fragilidad de su clavícula derecha, en la que ha sufrido ya dos operaciones. Por eso, de inmediato fue trasladado a la clínica y hoy, ya en España, se le realizarán las pruebas oportunas. No fue esta la primera, 'ni la última', dice él, caída de Sete. Pero sí la más dolorosa. El piloto de Barcelona ha vivido un año tormentoso, a los mandos de esa Suzuki que tanto prometía y que nunca ha respondido. Excepto ayer. Llevaba Gibernau un embrague nuevo y esa pudo ser la causa tanto de su sorprendente carrera, que encabezó durante 23 vueltas, como del batacazo posterior.

Ayer, Sete Gibernau no pudo adivinar la caída. 'Tenía todo bajo control y la moto estaba erguida', explicaría después. 'Pero el embrague bloqueó la rueda trasera y salí despedido'.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_