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Crece la oposición de los laboristas británicos a un ataque unilateral

La insatisfacción en las filas de los laboristas británicos ante un posible ataque a Irak es patente, según una encuesta publicada ayer por el diario The Times. De un centenar de líderes de sedes regionales -todas ellas en circunscripciones muy disputadas con los conservadores- consultados, tan sólo cinco declararon su apoyo incondicional a una ofensiva unilateral contra el régimen de Sadam Husein; el resto condicionó su respaldo a una justificación documental de la capacidad militar de Bagdad o a una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.

Hacia la intervención del Consejo de Seguridad parece enfocarse la estrategia del primer ministro y líder de los laboristas, Tony Blair. Su todavía confidente y dimitido ministro, Peter Mandelson, apostó ayer por la vía de la ONU como aval de la acción militar contra Irak. En declaraciones a la BBC, Mandelson defendió que hay motivos para atacar Bagdad, pero advirtió de que una ofensiva unilateral sería 'una receta para el desastre' en Oriente Próximo. 'Como juez y jurado en este caso, la ONU debería ser el principal pilar en un mundo basado en la ley y en la cooperación internacional', defendió Mandelson.

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Charles Kennedy, líder del Partido Liberal-Demócrata, la tercera fuerza política del Reino Unido, añadió ayer su voz a la corriente de opinión que se opone a una acción unilateral. Su reticencia a la participación del Reino Unido en una ofensiva estadounidense privará a Blair del consenso multipartidario que tiene garantizado en el liderazgo conservador.

'Pruebas claras'

Los liberales demócratas piden 'pruebas claras' que justifiquen un ataque unilateral y preventivo contra Irak por parte de Estados Unidos y con el apoyo del Reino Unido. 'Se debe demostrar que [Irak] está acumulando armas de destrucción masiva con la intención de utilizarlas', dijo su líder en declaraciones a la BBC. Y en un artículo de opinión publicado ayer en The Times, Kennedy recordó que aún no existen 'pruebas concretas' que relacionen el régimen de Bagdad con los atentados del 11 de septiembre.

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'Sin algo definitivo que demuestre la conexión de Sadam Husein con el 11 de septiembre, o que demuestre que presenta una amenaza inmediata a la seguridad de nuestros aliados o a la nuestra, me resulta cada vez más difícil dar mi aprobación a un ataque preventivo contra Bagdad', escribe Kennedy.

El líder de la tercera fuerza política británica considera que todavía queda tiempo para presionar por vías diplomáticas y lograr que Sadam permita el regreso a Irak de los inspectores de armamento de Naciones Unidas. En este sentido, desacreditó la última sugerencia del Foreign Office encaminada a lanzar un ultimátum al presidente iraquí. 'No creo que fijar plazos políticos en este momento sea la postura correcta', criticó ayer en la BBC.

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