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CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Gardiner, Bayo y Guillem, en la Quincena Musical

El festival donostiarra inicia mañana un maratón musical de 68 espectáculos

Maribel Marín Yarza

La Quincena Musical de San Sebastián hace ya años que no responde a su propio nombre, porque sus propuestas musicales, líricas y de danza revolucionan la vida cultural donostiarra durante más tiempo. En su 63ª edición, que ofrecerá 68 espectáculos desde mañana y hasta el próximo 8 de septiembre, reunirá a figuras de primera línea de todas las disciplinas. Entre ellas, al director John Eliot Gardiner (28), una de las batutas más reconocidas del momento; la soprano María Bayo (17); la bailarina Sylvie Guillem, con el Ballet del Teatro Alla Scala de Milán (15 y 16), y la Orquesta Filarmónica Checa, dirigida por Vladímir Ashkenazy (30 y 31).

Lo que propone este festival, que cuenta con un presupuesto de 2.625.000 euros, es un maratón artístico que presenta a nombres de peso internacional, sin olvidarse de la gente de casa. Así ha conquistado a un público que responde masivamente a sus propuestas. A día de ayer estaban agotadas las entradas para asistir a 11 espectáculos en el centro Kursaal. No sólo los de los conciertos y montajes de danza citados anteriormente, sino también los pases para ver actuar en directo al Orfeón Donostiarra junto a la Orquesta Sinfónica de la Radio de Berlín (26 y 27), o para participar en el homenaje que la Quincena rinde a Fernando Argenta y Araceli González Campa en el 25º aniversario del programa Clásicos Populares, de la mano de la coral centenaria y de la Orquesta Sinfónica de Euskadi.

Inauguración

El festival, que recupera en esta edición la ópera representada con Il viaggio a Reims, de Rossini, arranca mañana con 16 espectáculos en distintos escenarios de San Sebastián, algunos tan poco usuales como las residencias de ancianos o la cárcel de Martutene. Pero el concierto estrella será el que se celebrará en el auditorio Kursaal. Sobre el escenario, la coral Andra Mari y la Orquesta Sinfónica de Bilbao interpretarán por primera vez Zuk zer dezu, obra escrita por el compositor Félix Ibarrondo con motivo de los 500 años de presencia franciscana en el Santuario de Arantzazu (Oñati, Guipúzcoa).

Esta apertura tiene, además, un significado especial porque el programa se completa con Abestiak, de Carmelo Bernaola. El festival, que tampoco se olvida en esta edición de Francisco Escudero, rinde de esta forma su pequeño homenaje al compositor vasco, recientemente fallecido.

La Quincena inicia así una edición en la que se materializarán ocho estrenos absolutos y en la que participarán el pianista Christian Zacharias, la Compañía de Antonio Márquez y el violinista Frank Peter Zimmermann. Estará marcada, además, por la importante presencia de la obra de Rossini en su programa.

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