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Crítica:TEATRO | 'DOCTOR PRÓSPERO' | GREC 2002
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

En torno a Shakespeare

A Gareth Armstrong, intérprete del Doctor Próspero que se representa en el Malic, el público barcelonés lo conoce indirectamente. Lo conoce como autor de un monólogo afortunado con el que Manel Barceló obtuvo, a principios de la temporada 2000-2001, un éxito alternativo en el mismo Teatre Malic. En aquel caso, Armstrong abordaba el personaje de Shylock de El mercader de Venecia, obra que Armstrong había interpretado con la Royal Shakespeare Company. De la abundante y fascinante documentación reunida para llevar a escena aquel montaje surgió el monólogo con el que el actor y autor obtuvo un éxito primero en el festival de Edimburgo y luego en una gira internacional. Sin aquel montaje es más que probable que el actual Doctor Próspero, escrito por Stephen Davies y dirigido por Tim Carroll, nunca hubiese llegado a estrenarse aquí.

Doctor Próspero

De Stephen Davies. Dirección: Tim Carrol. Intérprete: Gareth Armstrong. Escenografía y vestuario: John Macfarlane. Música: Simo Slater. Iluminación: Emma Chapman. Teatre Malic. Barcelona, 29 de junio.

Como el Shylock de Armstrong, el Doctor Próspero de Davies se sitúa al rebufo de las grandes obras de Shakespeare en un país donde el dramaturgo universal es bien conocido a través de la escuela por un público masivo. Profundizar en las obras de Shakespeare, en sus personajes, en el contexto histórico, en su biografía nada transparente puede parecer, visto desde aquí, casi un hábito adquirido desde la adolescencia. Juntar los conocimientos históricos, las hipótesis, una buena dosis de ironía y el apabullante verbo de Shakespeare es lo que hacen Shylock y Doctor Próspero, sin que, por otra parte, muestren grandes innovaciones dramatúrgicas ni contengan valores destacados desde el punto de vista de la creación escénica.

En el caso del Doctor Próspero, la hipótesis que sugiere Davies es que, para construir el personaje de Próspero de La tempestad, Shakespeare se basó en la figura histórica de John Dee (1527-1609, renombrado filósofo y astrólogo que fue acusado de hechicería). El monólogo, en boca del anciano John Dee que recibe en su estudio a Shakespeare, establece los paralelismos entre el personaje real y el de ficción.

Doctor Próspero es un monólogo interpretado en inglés, transparente en su dicción pero que no deja de comportar una dificultad para el público catalán. Armstrong es un actor espléndido, pero el montaje se asienta casi exclusivamente en la palabra. Ni el tratamiento del espacio, ni el virtuosismo de la puesta en escena o de la interpretación son llamativos. Habrá que ver si la colonia anglófona de Barcelona responderá a este montaje que tiene en su trama casi de suspense su principal baza.

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