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Crónica:Mundial 2002 | Grupos D y H
Crónica
Texto informativo con interpretación

Paso a los anfitriones

Corea del Sur y Japón quieren brillar desde su modesta condición

Robert Álvarez

Hidetoshi Nakata es una celebridad que protagoniza anuncios publicitarios para cinco multinacionales, que mantiene una página propia en Internet con un millón de consultas al día y al que se dispensa el trato de los más grandes en el star system. Sólo que todo ello se circunscribe a Japón, que no es poco tratándose de un país con 126 millones de habitantes. Pero no se corresponde la notoriedad de este centrocampista, que presta sus servicios en el Parma, italiano, con el nivel alcanzado por el fútbol en su país. En este deporte, y en cuanto a resultados y estructura profesional se refiere, Japón es todavía un país balbuciente. Está más o menos al mismo que en Corea del Sur, aunque ésta le aventaja en presencias en los Mundiales. Cinco veces han estado los surcoreanos en el mayor acontecimiento futbolístico, aunque, como los japoneses en su única participación, no han ganado jamás un partido de la Copa del Mundo.

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No les faltarán objetivos a los dos anfitriones del primer Mundial asiático: estrenar su casillero de victorias, superar la primera fase al igual que han hecho históricamente todos los países organizadores y salir triunfadores de la cerrada competencia que van a mantener entre ellos.

Ambos países han buscado la sabiduría y experiencia de técnicos europeos. El holandés Guus Hiddink ha recibido los parabienes del seleccionador francés, Roger Lemerre, que ha alabado los progresos del equipo surcoreano.

El seleccionador japonés, el francés Phillipe Troussier, ha sido objeto, sin embargo, de aceradas críticas, incluso del gobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, capaz de afirmar: 'Persigue mentalmente a sus jugadores. Me parece un entrenador de segunda categoría'.

El holandés Hans Ooft, que habla con conocimiento de causa puesto que fue seleccionador de Japón entre 1992 y 1994, se muestra escéptico: 'La presión que se ejerce sobre los jugadores es espantosa. Cada día, en cada entrenamiento, hay 400 periodistas'. Observa también defectos en el estilo de juego: 'Los futbolistas japoneses actúan como un tornado, pero su defensa en línea es muy vulnerable'. Sin embargo, desde la llegada de Troussier, -que clasificó a Suráfrica para el Mundial de 1998-, Japón ha conseguido ganar la Copa de Asia y la Copa de las Confederaciones. Y hace dos meses ya venció por 2-0 y a domicilio a Polonia, precisamente rival hoy de Corea del Sur, aunque posteriormente el optimismo nipón se desvaneció tras perder por 3-0 ante Noruega.

El apoyo de la grada es uno de los aspectos que más preocupa al primer rival de Corea del Sur. 'Los diablos rojos son como el jugador número doce. Su forma organizada de apoyar es algo nunca visto en Europa', advierte el seleccionador de Polonia, Jerzy Engel. Su colega de enfrente, Hiddink, promete una estrategia ambiciosa: 'No podemos sentarnos y esperar. Debemos tomar el control y la iniciativa. Cuento con un equipo capaz de actuar a un ritmo muy alto'. Es la mejor receta para corresponder al apoyo del que gozará hoy en Pusan y para imitar la gesta del país vecino, Corea del Norte, en Inglaterra 66, cuando llegó a los cuartos de final y cayó (5-3) ante la Portugal del gran Eusebio en un memorable partido.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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