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Duran quiere que CDC asuma el nacionalismo moderado de Unió

Ramon Espadaler y Núria de Gispert, nombrados vicepresidentes de UDC

Unió Democràtica (UDC) se ha fijado un plazo de dos años para revisar su ideario nacionalista una vez sentadas las bases, este fin de semana en el 22º congreso, y conseguir que lo asuman sus socios soberanistas de Convergència (CDC) en 2004, cuando debe decidirse la fusión entre ambas formaciones políticas. El líder democristiano Josep Antoni Duran Lleida consideró ayer que sólo con propuestas de carácter social y con un catalanismo más pragmático CiU podrá mantenerse en la Generalitat.

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Ayer, pasada la resaca del congreso, llegó la hora de hacer balance. Duran, avalado por el 92% de los delegados, cree que ya es hora de que el partido revise su nacionalismo genuino y refuerce su perfil humanista como corresponde a una formación democristiana. Ha tardado dos años en conseguir que Unió asumiera como propios los postulados defendidos en aquella polémica conferencia en el paraninfo y quedaran incorporados a la ponencia política surgida del congreso. Pero ahora toca debatirlos en profundidad.

Unió se pondrá manos a la obra este fin de semana con un encuentro internacional de las principales formaciones democristianas. El debate se extenderá a todos los foros del partido y a una reunión próxima con los principales dirigentes democristianos internacionales. El objetivo: ofrecer propuestas sociales que actualicen el ideario nacionalista para así enganchar a un mayor número de simpatizantes. Las discusiones culminarán en un consejo nacional previo a la asamblea con CDC de 2004 en la que se decidirá la posible fusión de ambos partidos. Unió pretende que Convergència asuma entonces como propios los nuevos postulados catalanistas. Sólo así, opinó ayer Duran, CiU estará en disposición de ganar las próximas elecciones autonómicas.

Paralelamente a los debates ideológicos, Unió ha decidido reforzar su estructura interna. Los consejeros Ramon Espadaler, de Medio Ambiente, y Núria de Gispert, de Gobernación, serán elegidos vicepresidentes de Unió, y Marta Llorens, que sale reforzada de esta reestructuración, ha sido nombrada secretaria general.

Duran defendió la elección de De Gispert por su 'capital político' y rechazó 'lecturas perversas e interpretaciones' por el hecho de que la consejera fuera la persona menos votada de su candidatura. Este resultado fue interpretado como un castigo a su pactismo con CDC en las negociaciones del protocolo de federación. De Gispert consideró 'lógico' este 'toque de atención' ante los recelos que despiertan en la militancia los acuerdos con sus socios. Duran reclamó al sector crítico, cuyo líder, Jordi Petit, obtuvo el 11% de los votos, que 'acepte la realidad'.

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