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INVESTIGACIÓN

La falta de fondos públicos amenaza al acelerador de protones valenciano

La Universidad de Valencia tiene avanzado el diseño de este dispositivo de alta tecnología

La Universidad de Valencia tiene avanzado el diseño de un acelerador líneal de protones, cuya culminación depende del compromiso del Consell en sufragar la plantilla que necesitaría el centro para estar operativo. El proyecto, que tendrá utilidades científicas, formativas y de transferencia tecnológica a las empresas del entorno, no tiene aún asegurada su financiación integral, que supondría 10 millones de euros, amén del personal necesario para mantenerlo. El valenciano sería el segundo acelerador español de estas características, tras el de Sevilla, ya en marcha.

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La industria local se beneficiará de las aplicaciones de la instalación científica

Mientras el hasta ahora mayor colisionador de partículas del mundo, el LEP (un anillo de 27 kilómetros de circunferencia enterrado unos cien metros bajo tierra), da paso en Ginebra a su más potente sucesor, el acelerador LHC, de mucha más energía y capaz de llegar más lejos en la exploración de la estructura de la materia, el espacio y el tiempo, varios físicos e ingenieros de la Universidad de Valencia avanzan en el diseño de un acelerador de unos 20 a 30 metros que todavía no tiene nombre, pero que supondrá una revolución tecnológica en el ámbito regional.

Éste sería el primer 'acelerador lineal de protones español' si Sevilla no se hubiera adelantado. Pero, dado su ámbito de influencia, no importa tanto ser los primeros como estar operativos en un tiempo prudencial, que se calcula en dos años.

Los físicos de la Universidad de Valencia llevan trabajando decenas de años en el CERN (European Organisation for Nuclear Research) de Ginebra. 'El grupo investigador que trabaja sobre física de partículas de altas energías ha tenido un papel muy importante sobre los experimentos que se han realizado en el LEP', subraya Francisco Tomás, rector de la Universidad de Valencia. De hecho, un grupo de la Universidad de Valencia construye detectores para el nuevo acelerador LCH, de igual modo que con anterioridad han participado en el desarrollo de instrumentos y experimentos para su antecesor. Asimismo, industrias valencianas producen elementos del gran acelerador del CERN.

Así que las condiciones científicas y tecnológicas para el desarrollo del más modesto acelerador valenciano ya están establecidas. Pero estos colisionadores de partículas no se compran en el mercado, han de ser construidos ex profeso. 'Puede ser construido en parte por empresas valencianas y europeas', explica Antonio Ferrer, director del Instituto de Físca Corpuscular (un centro mixto de investigación de la Universidad y el CSIC), además de gestor del programa nacional de Físca de Partículas y Grandes Aceleradores. 'El proyecto está en fase muy avanzada de diseño', puntualiza el rector, 'e incluso se han realizado los contactos con los posibles fabricantes para establecer el calendario'.

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La instalación de un acelerador lineal de protones en Valencia tendrá una triple utilidad para la investigación, para la formación y para la industria del entorno. Generará aplicaciones en tecnología industrial y permitirá ofertar servicios a las industrias del entorno, aunque, 'para que el proyecto tenga una larga duración, tiene que haber mucha investigación', puntualiza Antonio Ferrer.

Existe ya un anteproyecto del futuro edificio, que se instalará en los terrenos que recientemente han sido cedidos a la Universidad por acuerdo del Gobierno valenciano en el campus de Paterna, donde se configura un parque científico. 'Tal y como lo tenemos concebido podría estar operativo en un par de años', augura Francisco Tomás. Hemos solicitado y se nos ha asignado financiación en la programación Feder estatal para el año 2002, lo que supone algo así como la tercera parte del proyecto, cerca de tres millones de euros. Y hay una previsión de financiación con cargo a los fondos Feder regionales de una cuantía semejante, para años sucesivos'. Pero el aspecto determinante que condicionará el calendario es la construcción del acelerador. 'Es un proyecto que demanda la colaboración de otras instituciones y necesitamos la implicación del Gobierno valenciano', asegura el rector a la vez que la institución que preside mantiene conversaciones con la Oficina de Ciencia y Tecnología, dependiente de la Consejería de Innovación. La inversión global necesaria para la total puesta en marcha del acelerador sería 'del orden' de los 10 millones de euros. 'Las aportaciones que tenemos de fondos Feder alcanzarían para la construcción del edificio o del acelerador', aclara Tomás. Pero, además, el centro precisaría para su mantenimiento y operatividad una plantilla de personal específico, que Antonio Ferrer cifra en unas 15 personas, abarcando un variado espectro de perfiles y competencias'. El coste de esa plantilla se calcula en unos 300.000 euros anuales (50 millones de pesetas). La Universidad plantea hacer una previsión de los gastos operativos que tendrá la instalación cuando esté a pleno rendimiento y si alguien demanda un ensayo o un servicio se le pueda atender. En la actualidad, en la fase despegue ocho profesores del departamento de Física Atómica, conocidos internacionalmente, están volcados en el proyecto.

'Si el Consell se implica en esta empresa', sugiere el rector, ' podría tratarse de un centro mixto Universidad-Generalitat o utilizar una fórmula parecida'.

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