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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La noche destruye el día

La recuperación del escritor húngaro Sándor Márai, gracias a la editorial italiana Adelphi, felizmente secundada por Salamandra en España, puede considerarse uno de los rescates literarios más afortunados de los últimos años. La conmoción que produjo en el lector El último encuentro se consolidó con La herencia de Eszter y ahora se prolonga con Divorcio en Buda, acaso la mejor de las tres, todas muy cerca de la excelencia, escritas con una estructura similar: un personaje del periodo de entreguerras es presentado con un largo recorrido a su pasado que explica su rígido espacio moral, y en una segunda parte, mediante una larga conversación, o más bien monólogo con interlocutor, ese pasado se inserta en el presente y aniquila la base moral que lo sustenta.

DIVORCIO EN BUDA

Sándor Márai Traducción de Judit Xantus Szarvas Salamandra. Barcelona, 2002 190 páginas. 11,50 euros

El último encuentro y La herencia de Eszter eran novelas muy explícitas en su planteamiento, y acaso impunemente sentimentales, aunque radiantes en su intensa introspección de las emociones. En cambio, Divorcio en Buda es más sutil, e ideológicamente más severa en el análisis de la pequeña burguesía que, en el cambio de siglo, 'disfrutaba de una paz idílica'. Su tema general es la cobardía personal, la sumisión a una moral heredada de normas muy estrictas, al margen de las convulsiones de la vida, sometimiento que, en este caso, supone una complicidad pasiva con los acontecimientos que desembocaron en la Segunda Guerra Mundial.

El protagonista, Kristóf Kömives, a punto de cumplir cuarenta años, es un juez, hijo y nieto de jueces, de 'una familia acomodada con reminiscencias de la nobleza, cuyos miembros trabajaban de funcionarios', que sobrelleva una existencia anodina, tramitando expedientes de divorcio. A su despacho llega el proceso de divorcio del matrimonio Greiner; el juez fue compañero de colegio del marido, y conoció a la mujer cuando era soltera. Ese expediente le despierta la reminiscencia de otra vida. Pero al día siguiente se celebrará el juicio y él dictará la sentencia de disolución. Es su deber, no mezcla la vida con las leyes. Al volver a su casa, sin embargo, le espera el señor Greiner, saltándose todas las normas, y, durante un discurso nocturno, le hace al juez partícipe indirecto de la muerte de la señora Greiner, ocurrida unas horas antes.

'La vida, a veces, es contra

ria al procedimiento judicial', se dice en algún lugar de esta novela. Contraria, en efecto, pero sobre todo imprevisible, con su ebullición enigmática que echa por tierra cualquier rigidez formal. De ahí que la noche, en contraposición a la moral convencional del día, sea aquí una metáfora muy precisa de lo que no se quiere conocer, un 'viaje por lugares ignotos', la conciencia con su sentencia de culpabilidad. El juez se siente obligado a escuchar, no una confesión, sino una acusación, un 'delirio frío', que lo implica como representante de una sociedad empeñada en valores ya caducos, y en seguir siendo, a cualquier precio, 'hombres honrados, cristianos, húngaros'. ¿Qué significan estas palabras?

Divorcio en Buda es una confrontación, magníficamente escrita y elaborada con una asombrosa precisión simbólica, entre el mundo que rige el día, con sus normas fijas y comportamientos consensuados, representado por el juez, que ha jurado servir a la comunidad según las leyes divinas y humanas, y el mundo de la noche que representa el señor Greiner, un médico que acepta que se pueden aliviar los síntomas de los pacientes, pero no curarles. El médico apela a las causas de la enfermedad social, mientras el juez se desentiende de todo lo que no contempla la ley. La pugna es entre deseo y orden, entre sentido y ley: 'Todo está bien y, sin embargo, así, todo junto, carece de sentido', dirá Greiner refiriéndose a la felicidad de su clase social. Un discurso de vehemencia y razón, consciente de su responsabilidad histórica, que irrumpe como una noche de pánico en la apacible resignación del juez Kömives, destruyéndole las cosas visibles que durante el día ha construido.

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