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Liga de Campeones | FÚTBOL

O blanco o negro

El Barcelona se juega en el inexpugnable campo del Galatasaray su pase a los cuartos de final

Àngels Piñol

O blanco o negro. O doble o nada. Con un ojo en el césped del vetusto estadio del Galatasaray (20.45 horas, TVE-1) y el otro, en Liverpool, a más de 4.000 kilómetros de distancia, en el otro confín de Europa. El Barça viajó ayer, por tercera vez en año y medio, a la seductora Estambul, con la aprensión de que debe jugar una final a destiempo. Su suerte es como una moneda lanzada al aire. Si es cara (se clasifica ganando y, si empata depende de que el Liverpool no venza por más de un gol al Roma) todo el club, desde el presidente Joan Gaspart al último fichaje, pasando por el aburrido aficionado, suspirará de alivio, imaginando entonces -¿y por qué no?- un milagro en cuartos de final. Y, si es cruz, el proyecto se derrumbará con estruendo y sólo quedará el viejo Barça con la Liga medio perdida (a seis puntos del líder) y ahora mismo en la Copa de la UEFA (séptimo). Nadie se escapará de la pira: los rumores de destitución acosarán al técnico Carles Rexach, se cuestionará la solvencia del vestuario y se juzgará la responsabilidad de la junta, que estará abocada a cerrar su segundo año en blanco.

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El partido, que se perderá por lesión el maltrecho Rivaldo, refleja el estado volcánico de un club y la categoría real de un equipo que, de cinco partidos de esta liguilla, solo ha ganado uno, ha empatado tres y ha perdido otro. El destino le ha dibujado el peor castigo: jugárselo todo ante el Galatasaray, inexpugnable en su feudo desde hace dos años en Europa y que está conjurado por la trifulca y la humillación que sufrió a manos de la policía en el estadio del Roma. '¿Si destituiremos a Charly si pierde? Yo no contemplo esa posibilidad. Por que sé que pasaremos', dijo convencido el vicepresidente Francesc Closa, primo de Gaspart y hombre de su confianza, jefe ayer de la expedición azulgrana. Closa quiso vender confianza pero su sola presencia le delata: no suele viajar y su figura se asocia a alto riesgo. Hace mes y medio, estuvo en Tenerife, justo después de que saltara el escándalo de la supuesta fiesta en Madrid con unas señoritas de Cuenca. Entonces salió bien porque el Barça sorprendió con un 0-6. Pero esta cita es más complicada porque el Galatasaray es líder en su país y el Tenerife era colista en la Liga.

'¿Si creo que Closa está aquí por si tiene que despedirme?'. Charly repitió la pregunta que resonó en el estadio del Ali Sami Yen, justo antes del ensayo vespertino del Barça. 'Esta pregunta no es para Turquía. Las cosas se hacen de otra manera. Un 0-1 es mi salvación y un 1-0... De la gloria al fracaso hay un trozo muy pequeño. No se puede juzgar un año por meter y encajar un gol. ¡Ah! Y lo de Closa', dijo el técnico retomando la respuesta, 'no creo que haya venido hasta aquí para echarme. Eso podría hacerlo esperándome en el aeropuerto. Estoy convencido de que no me cesarán porque ganaremos y porque estoy tranquilo. ¿Qué por qué lo estoy? Eso tampoco es para planteármelo aquí. Pero no, no he hablado con el presidente ni con nadie'. Poco antes, el técnico negó estar sujeto esta noche al dilema del ser o no ser -'lo estamos los cuatro equipos; y yo estaré en esa tesitura al final de año cuando hagamos balance'- y respondió con sorna, aludiendo al juego de la oca, cuando un periodista turco le informó que un diario había titulado que la suerte del Galatasaray es que seguía en el banquillo: 'Pues espero que les salga mal porque si voy de ronda de Copa de Europa en Copa de Europa, me queda un mes más de vida'.

La situación es límite y los nervios, por la mañana, antes de volar, ya estaban a flor de piel. Los desengaños han sido demasiados y el equipo empieza a sentirse escrutado por una afición harta (sólo han viajado treinta seguidores) que ha visto en siete días como el Barça perdía ante el Betis (2-1), hipotecaba el pase europeo ante el Liverpool (0-0) y lo que es peor: que el Madrid casi regaló el 1-1. Las proclamas de fe y los ejercicios de ilusión del vestuario ya no cuajan. El crédito parece estar agotado.

'Nos jugamos el año e iremos a tope. Rivaldo no estará pero el que lo sustituya lo hará igual o mejor', dijo Saviola. Y tampoco jugará Cocu, sancionado.

Galatasaray:Mondragón; Emre, Bulent, Korkmaz, Perez; Ergun, Umit Karan, Hasan, Berkant, Ayhan; Fleurquin y Arif

Barcelona: Bonano; Puyol, Frank de Boer, Christanval, Coco; Rochemback, Xavi, Motta, Luis Enrique; Kluivert y Overmars o Saviola.

De Boer y Kluivert en un entrenamiento.
De Boer y Kluivert en un entrenamiento.REUTERS

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