_
_
_
_
_
Reportaje:

Mustafá no estrenó su primer contrato

El sobrino del marroquí asesinado en una discoteca de Lanzarote recolecta entre sus amigos 2.400 euros para repatriar el cadáver

No llegó a trabajar legalmente en España. En vísperas del estreno de su primer trabajo con los papeles en regla, como camarero de un hotel de Lanzarote, Mustafá Alkoi fue asesinado a la puerta de una discoteca. Ocurrió hace ocho días y ahora su sobrino, Mohamed Addodz, recuerda cómo se criaron juntos en Marruecos, en un pueblo de 2.000 habitantes al sur de Sidi Ifni llamado Goulimidine, fronterizo con el Sahara.

Dice la tradición que los críos que beben leche juntos se consideran hermanos. Y así se llamaban desde entonces. Mustafá Alkaoi, de 26 años, llegó en patera a Lanzarote cuando tenía 22. Desde entonces, trabajaba ilegalmente en el cultivo del tomate. Al poco tiempo, su sobrino Mohamed, de 29, pagó más de 600 euros por el mismo trayecto, también en patera. Compartían apartamento en Playa Blanca, en Yaiza, el tercer núcleo turístico de la isla.

Hace sólo unos días, Alkaoi había conseguido regularizar su situación. Mañana tenía previsto comenzar a trabajar de camarero en el Hotel Hesperia Playa Dorada, de cuatro estrellas, con el primer contrato legal desde que llegó a España. Para celebrarlo, Mustafá y Mohamed acudieron la noche del domingo 10 de febrero al bar-discoteca Armónica, en el Centro Comercial Punta Limones, al sur de Lanzarote.

Y la vida se le quebró al intentar entender por qué los porteros no dejaban entrar a su sobrino. Mustafá pasó sin problemas, pero no así Mohamed. El tío acudió en busca del sobrino y se organizó una bronca con los dos porteros, ambos colombianos. Un cliente, D. P. S., de 21, de esta misma nacionalidad, salió desde el interior hasta la puerta y presuntamente asestó dos puñaladas mortales a Mustafá. Al menos es lo que ha declarado a la policía. Desde ese día, D. P. S., el presunto autor del crimen, está encarcelado en Lanzarote. Los porteros fueron puestos en libertad.

Mohamed Addodz recaba estos días entre amigos y conocidos de Yaiza, Arrecife y Puerto del Carmen los 2.400 euros que necesita para repatriar el cadáver. La única luz que ve sobre toda esta tragedia es la de las velas que sostienen un folio escrito en memoria de su tío, colocado en un parterre cercano al local donde murió.

Mientras tanto, en la isla mucha gente sigue hablando de la rivalidad entre inmigrantes magrebíes y colombianos. Las autoridades lo niegan. La Dirección Insular del Gobierno asegura tener constancia de la presencia en Lanzarote de 1.524 colombianos y 866 marroquíes, entre los 3.383 no comunitarios de más de 40 nacionalidades que viven en la isla.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

'Todos somos potenciales delincuentes', afirma el director insular de la Administración del Estado, Francisco Cabrera, quien niega cualquier tipo de conflicto entre inmigrantes. De parecida opinión es el consejero canario de Asuntos Sociales, Marcial Morales, quien asegura disponer de datos suficientes para demostrar que 'no puede vincularse el fenómeno de la inmigración a un crecimiento de la delincuencia'. El propio Addodz, cocinero en un restaurante de Playa Blanca, también rechaza la existencia de peleas entre bandas de colombianos y marroquíes.

Prohibido a marroquíes

Pero muchos locales del Centro Comercial Punta Limones no dejan entrar en sus bares a los marroquíes por considerarlos potencialmente conflictivos.

Mohamed Addodz contraargumenta con su experiencia: 'En los casi cuatro años que llevo en la isla jamás he tenido un problema'. Cobra mensualmente unos 1.200 euros, de los que 540 son para el alquiler. Lo que no gasta en comida y ropa, lo envía a la familia que quedó en el desierto y no dispone de recursos para venir a la isla y velar al fallecido.

El bar-discoteca Armonía tiene abiertos seis expedientes desde hace meses por sobrepasar el horario de cierre. También pesa sobre el establecimiento una orden municipal de precinto y multa de 30.050 euros, que ha sido recurrida por su propietario.

El Centro Comercial Punta Limones dispone de seguridad privada, pero resulta insuficiente. Francisco Cabrera asegura que la seguridad ciudadana en Lanzarote 'era un problema' que se 'está resolviendo' con la incorporación de más efectivos. Según anunció, al cuartel de la Guardia Civil en Yaiza 'se incorporarán en breve' diez agentes.

El fuerte empuje económico de los tres núcleos turísticos de la isla (Playa Blanca, Costa Teguise y Puerto del Carmen) ha propiciado que, al amparo de la concesión de numerosas licencias urbanísticas, llegue mano de obra 'de todos lados' y se produzca 'un desequilibrio', no sólo en seguridad, 'sino en infraestructuras sanitarias, educativas y de asistencia social', expone Cabrera.

Un cartel recuerda al inmigrante asesinado.
Un cartel recuerda al inmigrante asesinado.DORY HERNÁNDEZ / LA PROVINCIA

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_