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La comisión de accidentes indaga cómo el avión perdió 1.000 metros de altura

Los investigadores siguieron rastreando el monte Santamariñazar

Técnicos de la Comisión Nacional de Investigación de Accidentes e Incidentes Aéreos prosiguieron ayer en el monte Santamariñazar, en Zaldibar, las investigaciones para aclarar el accidente aéreo del pasado lunes, en el que perdieron la vida los tres tripulantes del avión de carga estrellado. Las indagaciones se centran en conocer cómo se produjo la brusca caída del aparato, que minutos antes de estrellarse volaba a 1.600 metros de altura. Poco después, por causas aún desconocidas, el Embraer 120 se estrelló contra el monte, de 674 metros de altura.

A la espera del informe pericial, las conjeturas se suceden ahora. Expertos consultados se inclinan más por un fallo técnico, teniendo en cuenta que la tripulación -el comandante, el copiloto y el mecánico de vuelo- no envió ninguna señal de alarma a la torre de control del aeropuerto de Loiu. Los investigadores tienen en su poder las llamadas cajas negras, localizadas a media tarde del lunes. En realidad suelen de ser de color naranja fluorescente para una rápida localización tras un accidente aéreo. Un portavoz del sindicato de pilotos Sepla reveló que, si están en buen estado, el análisis de las dos cajas -la que graba las conversaciones en la cabina y la que registra todos los movimientos y la ruta del avión- es un trabajo rápido 'de unas horas', pero precisó que 'es un análisis parcial que no te dice todo. Es una prueba importante, pero es una más'.

La comisión de accidentes aéreos rastreó ayer, con la ayuda de la Ertzaintza, el lugar del accidente para intentar reconstruir el accidente. 'Del análisis del impacto se sacan datos muy importantes', señaló el miembro del Sepla. En las labores de rastreo también participaron empleados de Ibertrans, la compañía propietaria del avión, que recogieron los restos de las tres toneladas de paquetes de mensajería urgente que transportaba el Embraer.

Los restos de los tres cadáveres, que estaban esparcidos en trozos, ya han sido retirados, según confirmó el departamento de Interior, y se encuentran en manos de los forenses de la Audiencia de Vizcaya, que tardarán varios días en reconstruir los cuerpos.

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