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POLÉMICA POR LAS ANTENAS DE TELEFONÍA

Muchas dudas y pocas certezas

Cada año se diagnostican entre 13 y 15 casos de cáncer infantil por cada 100.000 menores en España. Por ello, todos los expertos consultados coinciden en que el diagnóstico en 15 meses de cuatro casos en el colegio García Quintana de Valladolid, que tiene 450 alumnos, 'se sale de lo habitual'. El presidente de la Sociedad Española de Pediatría (SEP), Álvaro Delgado, explica que una tercera parte de los cánceres infantiles son leucemia. Éste es el tipo de tumor que sufren tres de los niños de Valladolid. El cuarto padece un linfoma de Hodgkin, un tumor que afecta al sistema linfático. A la hora de explicar por qué se ha dado una agrupación de casos (un cluster), las teorías son diversas. A continuación se expone la opinión de los expertos sobre ellas. Ninguna está demostrada en el caso de Valladolid.

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- Antenas. El rechazo a que las antenas de telefonía fija cercanas al colegio sean las causantes es casi unánime. 'En los últimos años se ha dado un incremento de la telefonía que no se ha correspondido con un incremento de los casos de cáncer', aduce Delgado. Manolis Kogevinas, portavoz de la Sociedad Española de Epidemiología y uno de los autores del informe sobre seguridad en las emisiones electromagnéticas que encargó el Ministerio de Sanidad antes de la elaboración del decreto que regula estas instalaciones, afirma que 'si las antenas se mantienen dentro de los límites que marca la ley, no hay ningún peligro'.

Otro asesor del Ministerio de Sanidad y del Consejo de Ministros de la UE, Juan Represa, es más tajante. 'Si las antenas fueran la causa, teniendo en cuenta la proporción de niños, colegios y antenas que hay en sus cercanías en toda España, el número de casos debería estar entre los 600.000 y los 800.000', afirma. 'Además, lo normal es que las antenas actúen a la mitad o un cuarto de su potencia, lo que es mucho menos del máximo permitido por el real decreto', añade.

También la Asociación Española de Hematología y Hemoterapia aseguró que no existe relación entre la exposición a campos de ondas electromagnéticas y la aparición de cánceres.

La voz discrepante es la de Josep Ferrís, del grupo de Salud Medioambiental de la SEP. 'Es muy difícil encontrar una evidencia científica, ya que intervienen muchos factores. Todavía no ha transcurrido el suficiente tiempo para que se haya establecido la posible relación entre la telefonía y los cánceres', explica el pediatra.

- Otras radiaciones. Las radiaciones de baja frecuencia como la de los cables de alta tensión son una causa probada de cánceres. También las llamadas radiaciones ionizantes (la radiactividad de las nucleares, por ejemplo) están claramente en el origen de las leucemias infantiles en Chernóbil (Rusia) o en los alrededores de la planta procesadora de combustible nuclear de Sellafield (Reino Unido). Otro tipo de radiaciones, como los rayos ultravioletas, causan cáncer de piel.

- Virus. La posible relación entre los virus y algunas formas de leucemia o del linfoma de Hodgkin está demostrada. Ferrís expone el mecanismo: 'Cuando una persona sufre una infección, sus linfocitos (los glóbulos blancos encargados de la defensa inmunológica) empiezan a multiplicarse a gran velocidad para combatir este agente extraño. Estas células son más inestables, y por lo tanto son más sensibles a otros agentes cancerígenos', comenta. Hay que tener en cuenta que 'según la teoría más aceptada, en el genoma de todas las células hay oncogenes [genes responsables del cáncer] que están inactivos, y la reproducción celular rápida puede hacer que sea más fácil que se activen', añade.

Kogevinas apunta otra posibilidad: la aparición de cánceres en una población nueva, formada por inmigrantes de varios sitios. Cada grupo lleva consigo sus propios virus, a los que son resistentes. Pero los otros inmigrantes no están inmunizados, por lo que cada grupo de población transmite a los otros sus infecciones, y adquiere las de los demás, lo que debilita el sistema inmunológico. Un caso especial de estas causas víricas son los llamados retrovirus, microorganismos cuyo ADN se incluye en la carga genética de una persona, donde espera hasta que un agente externo lo activa.

En otros casos se ha encontrado una relación directa entre un virus y un tipo de cáncer. Es el caso del Epstein-Barr, el agente que causa la mononucleosis, y els linfoma de Hodgkin , como señala Ferrís.

- Contaminación química. Ésta es la teoría favorita de Represa, que además conoce el emplazamiento del colegio porque es titular de una cátedra en la Facultad de Medicina de Valladolid. Este asesor de Sanidad recuerda que en la estación de medición medioambiental de la calle de Labradores de Valladolid, 'a unos 50 metros del colegio' ha detectado en los años 1999 y 2000 niveles de benceno y óxido nítrico (dos potentes cancerígenos) entre cuatro y siete veces superior al permitido. Según Represa, el origen de estas sustancias puede estar en la contaminación 'del agua, y, sobre todo, del aire'. El catedrático afirma que el colegio está 'casi encajonado en pleno centro de la ciudad, en una zona de mucho tráfico y muy mal ventilada'.

El científico también recuerda que en los últimos años se han ejecutado numerosas obras de rehabilitación en el barrio, y achaca a los disolventes orgánicos de las pinturas parte de la contaminación. Por último, Represa insiste en la existencia dentro del colegio de un museo de ciencias naturales, con 'una abundante colección de animales disecados'. Entre las sustancias usadas por los taxidermistas están los fenoles, un hidrocarburo que es cancerígeno y tóxico.

- Azar. Ninguno de los expertos consultados ha descartado que la coincidencia de cuatro casos de cáncer en un mismo colegio pueda deberse a la casualidad. De hecho, en la mayoría de los casos de leucemia no se puede determinar una causa única. 'Se trata de un diagnóstico excluyente', reconoce el presidente de la Sociedad Española de Pediatría, Álvaro Delgado.

'Si se llega a esa conclusión, habrá que ser lo suficientemente cauto y humilde para aceptarlo', afirma. En lo que todos coinciden es en que 'hay que tomar medidas para evitar la alarma de la población'. 'La Administración no puede estar dando bandazos', afirma el catedrático Juan Represa. Se está dando un caso de 'percepción distorsionada del riesgo', sentencia, y eso lo tienen que evitar las autoridades con una 'actitud clara y campañas de información', concluye este especialista del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

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