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España registró en 2000 su mayor aumento de población en 30 años gracias a la inmigración

El incremento, de 617.000 habitantes, consolida la tendencia al crecimiento de los últimos años

España gana habitantes a toda prisa. El último padrón revela que en 2000 la población se incrementó en 617.051 personas (un 1,5% más), el mayor aumento de los últimos 30 años. Esta espectacular subida confirma una tendencia al alza evidente desde 1998 y que en tres años ha supuesto un aumento de 1,2 millones de personas (la población oficial alcanza los 41,1 millones, según el último padrón). Los demógrafos atribuyen el incremento casi exclusivamente a la inmigración porque en ese periodo los nacimientos sólo fueron 50.318 más que las defunciones (crecimiento vegetativo).

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Las previsiones de declive demográfico han caído en saco roto. Tras dos décadas con un crecimiento de población moderado y marcado por el descenso de la natalidad, España ha dado el gran salto en tres años: desde los 39,8 millones de habitantes al iniciarse 1998 hasta los 41,1 al acabar el año 2000. Precisamente ese año se registró el récord de crecimiento: el aumento de la población, en 617.051 personas, fue el mayor de las últimos tres decenios.

El 14 de diciembre, el Gobierno aprobó la cifra oficial del padrón municipal con fecha 1 de enero de 2001: 41.116.842 habitantes, o sea, 1.264.191 personas más que el en la misma fecha de 1998. Según los expertos, la gran responsable del aumento es la llegada de ciudadanos extranjeros: vienen más y se empadronan en mayor medida (pueden hacerlo aunque su estancia sea irregular).

El Instituto Nacional de Estadística (INE) aún desconoce el porcentaje de extranjeros empadronados últimamente, pero los demógrafos ya han hecho números. 'El 96% del crecimiento registrado desde 1998 se debe a la inmigración', afirma la demógrafa Margarita Delgado, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). 'Es evidente que a partir de 1997 la inmigración ha crecido de manera más intensa y acelerada, al tiempo que se ha reducido el número de personas que utilizaban su llegada a España para emigrar a otro país', apunta Antonio Izquierdo, catedrático de Sociología en la Universidad de A Coruña y experto en inmigración de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

- Pocos nacimientos. En los cambios poblacionales pesan dos factores: la relación entre nacimientos y muertes (crecimiento vegetativo) y entre emigración e inmigración (saldo migratorio). La demógrafa Delgado, que ha analizado los datos, concede escasa relevancia al primer elemento. 'A pesar de que la natalidad se ha recuperado ligeramente en 1999 y 2000, el gran aumento de la población se debe a la llegada de extranjeros', puntualiza. Entre 1998 (cuando el padrón comienza a actualizarse automáticamente y el INE lo supervisa para evitar errores) y 2000 los natalicios han sido 50.318 más que los fallecimientos, añade Delgado.

No obstante, el peso de los nacimientos sobre el crecimiento vegetativo baja sin cesar desde el último cuarto del siglo XX. A finales de los años setenta la media anual de natalicios superaba en 352.000 a la de fallecidos. En cambio, entre 1996 y 2000 la media de nacimientos sólo rebasaba en 12.329 a la de muertes, calcula la demógrafa. Y ello pese a que en 2000 el crecimiento vegetativo se multiplicó por cuatro respecto al año anterior (de 9.028 a 36.608).

Con todo, el alza de los nacimientos (395.756 en 2000) sigue muy lejos de permitir reponer la población sólo por esta vía: para ello harían falta unos 660.000 bebés por año, según Delgado. La tasa de fecundidad está situada en 1,23 hijos por cada mujer en edad fértil. Para alcanzar el reemplazo generacional sería preciso que tuvieran 2,1. 'La fecundidad media de las mujeres inmigrantes está por encima del nivel de reposición. Se sitúa en una media de 2,2 hijos por mujer en edad fértil, pero de momento tiene poco impacto sobre la natalidad general porque hay pocos inmigrantes con familia', puntualiza el catedrático Izquierdo.

- Aumento sostenido. A tenor de los datos oficiales, Delgado resta importancia a la salida y retorno de emigrantes españoles. Una vez descartados, concluye que la población ha aumentado en 1,2 millones de personas entre el 1 de enero de 1998 y la misma fecha de 2001 gracias a los inmigrantes. Casi la mitad del crecimiento (580.443 extranjeros) se ha registrado en 2000. 'Ese año se abrió un proceso de regularización. De las 246.000 solicitudes se admitieron 180.00 entre ese año y el siguiente. En 2001 se abrió un nuevo proceso, esta vez por arraigo, al que se presentaron 320.000 personas. Ahora empiezan a resolverse esos expedientes', señala Izquierdo.

- Más extranjeros y más padrón. 'Además de crecer la llegada de inmigrantes, su empadronamiento ha subido de forma espectacular desde 1999, porque a partir de entonces hacerlo les infundía confianza y derechos como la obtención de la tarjeta sanitaria', explica Joaquín Arango, director del Centro de Estudios de Migraciones del Instituto Universitario Ortega y Gasset y la Universidad Complutense.

Según el INE, otro elemento que pesa en el aumento poblacional es la mejora en el sistema de empadronamiento, en vigor desde 1998. Con todo, el subdirector general de Censos y Padrón del INE, Ildefonso Villán, introduce una cautela: 'Los datos del padrón son los mejores posibles, pero no son óptimos'. El nuevo sistema de registro en los ayuntamientos evita en mayor medida que alguien pueda darse de alta en dos localidades, pero no erradica esa práctica. 'Creeemos que hay pocas duplicidades en el caso de los españoles, pero desconocemos cuántos extranjeros pueden estar en esa situación. Es más difícil cruzar sus datos para depurar las cifras', explica.

- Desigualdad regional. La comparación de datos padronales refleja diferencias entre las comunidades autónomas. Entre 1998 y 2001 sólo dos perdieron población empadronada: Asturias (6.505 habitantes menos) y Castilla y León (5.178 menos). Las que ganaron más habitantes fueron Madrid (167.025 personas más), Cataluña (99.366) y la Comunidad Valenciana (81.879). Los menores aumentos fueron para Castilla y León (307 personas) y Galicia (1.026).

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