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Aznar rechaza conocer por Zapatero el plan de Rabat para resolver la crisis

El líder socialista pidió reunirse con el presidente pero éste encargó a Josep Piqué que le reciba

El socialista José Luis Rodríguez Zapatero no verá al presidente del Gobierno, José María Aznar, para explicarle cómo Marruecos cree que se puede resolver la crisis diplomática desencadenada hace 54 días. La llamada telefónica de Zapatero a La Moncloa solicitando una entrevista no fue contestada, aunque el jefe del Ejecutivo sí ha encargado a su ministro de Exteriores, Josep Piqué, que se pusiese en contacto con el secretario general del PSOE. Al día siguiente de que finalizase el viaje de Zapatero a Rabat, la reconciliación hispano-marroquí parecía aún más improbable.

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Zapatero recibió pasadas las nueve de la noche de ayer la llamada de Piqué. Le insistió en que para tratar de un asunto de Estado él debía ver al presidente y no al ministro pero le ofreció que, si deseaba recabar más información sobre lo tratado en Rabat, se pusiese en contacto con Trinidad Jiménez, secretaria de relaciones internacionales del PSOE.

Empeñado en presentar su visita a Rabat como una iniciativa que se enmarca en una política de Estado, Zapatero reveló ayer en rueda de prensa que había solicitado un encuentro con Aznar. Le dijeron que el presidente 'estaba ocupado' pero aún así confió en que la llamada le sería devuelta. 'Soy una persona bienpensada y espero que me llame', declaró. Para el Gobierno será 'muy interesante', prosiguió el líder socialista, conocer de primera mano lo que ha visto y escuchado durante el viaje. Para concluir la crisis abierta con España y reenviar a Madrid a su embajador, llamado a consultas el 27 de octubre, el rey Mohamed VI desea que el Gobierno haga un gesto que Zapatero rehusó desvelar.

En sus primeras declaraciones tras recibir el encargo de Aznar, Piqué restó importancia a la información que podría suministrar el secretario general del PSOE. Gracias al embajador español en Rabat, Fernando Arias-Salgado, que acompañó a Zapatero a sus citas, el Ejecutivo dispone ya de una 'información bastante amplia'.

Sólo le faltan datos, según Piqué, sobre 'esos 45 minutos de entrevista privada' que Mohamed VI y el líder de la oposición mantuvieron a solas. Es algo 'contrario a los usos diplomáticos normales mínimos y esperamos que Zapatero nos lo aclare'.

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La opinión del secretario general carece también de valor, según el titular de Exteriores, porque es 'persona impresionable a los agasajos' que sus anfitriones marroquíes le prodigaron. 'Es normal en las primeras visitas [a los países árabes], pero a medida que se hacen más, uno se comporta y reacciona de otra forma'.

Una de las principales novedades del viaje de Zapatero es que el PSOE ha cambiado 'sin debate su posición histórica sobre el conflicto del Sáhara' y ahora apoya el proyecto de autonomía del norteamericano James Baker en lugar del referéndum de autodeterminación, según el ministro de Exteriores.

Piqué fue uno más de los muchos miembros del Gobierno que, desde el vicepresidente primero hasta el ministro de Agricultura pasando por el de Justicia, arremetieron ayer contra el líder de la oposición. Incluso el propio Aznar sostuvo que Zapatero había cometido 'un error de apreciación'. 'Y estos errores tan grandes se acaban pagando muy caros', añadió Javier Arenas, secretario general del PP.

El Gobierno ha dejado claro con su actitud que rehusa aprovechar el cauce abierto por Zapatero para normalizar la relación con Rabat y sólo parece dispuesto a aceptar que los marroquíes inicien un diálogo directo.

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