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El Gobierno navarro salva el primer escollo parlamentario para aprobar sus presupuestos

PSN y Batasuna se abstuvieron en sus enmiendas

El Gobierno navarro logró ayer su primera victoria en la batalla por aprobar los presupuestos de 2002. Las cinco enmiendas a la totalidad presentadas por la oposición fueron desestimadas y las cuentas pactadas por UPN y CDN pasarán ahora a debate en comisión, aunque el Ejecutivo de Miguel Sanz no tiene garantizada su aprobación ya que de momento, como ayer pudo constatarse, sólo cuenta con 25 de los 50 votos del Legislativo foral.

La sombra de una prórroga presupuestaria, posibilidad calificada ayer como 'un mal negocio para toda la sociedad' por el secretario general del PSN, Juan José Lizarbe, sigue en el horizonte político navarro y no se despejará hasta que los próximos días 27 y 28 se vote el proyecto.

Como es su costumbre, el Parlamento foral votó por separado las enmiendas a la totalidad de las cuentas, presentadas por PSN, Batasuna, IU, EA-PNV y Batzarre. Aunque todos los grupos pidieron por motivos similares la devolución del proyecto, que suma 2.491,5 millones de euros (más de 414.000 millones de pesetas), socialistas y Batasuna evitaron la foto de un apoyo mutuo y se abstuvieron en las votaciones de sus respectivas mociones, si bien coincidieron después en apoyar, con el resto de la oposición, las otras tres enmiendas.

Las fuerzas están tan ajustadas que hubo que repetir en tres ocasiones la votación de las propuestas de IU, EA-PNV y Batzarre, repitiéndose el empate a 25 votos en las nueve ocasiones, lo que supone que las enmiendas no salen adelante.

El proyecto fue calificado por sus detractores como 'el peor de los últimos años'. Liberalismo 'trasnochado' y 'decimonónico', falta de impulso en la inversión pública, cálculo erróneo de los ingresos previstos para 'eludir el control parlamentario' y desatención hacia los sectores más desfavorecidos y las necesidades más perentorias de la sociedad, como vivienda o empleo femenino, fueron razonamientos repetidos, pero rechazados por el consejero de Economía y Hacienda, Francisco Iribarren.

El consejero negó la mayor, defendió su proyecto y desde el primer momento criticó explícitamente la conjunción del voto opositor en un solo bloque que calificó 'del no por el no' hablando de 'reuniones preparatorias' 'similares críticas' o 'coro bien afinado'.

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El portavoz de UPN, Alberto Catalán, acusó a los socialistas de incurrir en una grave 'irresponsabilidad' al convertir a Batasuna 'en juez y árbitro de la política navarra', cuando la coalición radical ha 'utilizado' el Parlamento foral para reivindicaciones ajenas, no cree en la existencia de Navarra como una comunidad diferenciada y acabó yéndose o siendo expulsada de la Cámara en el transcurso de los debates presupuestarios de los ejercicios 2000 y 2001.

Los socialistas respondieron inmediatamente por boca de Lizarbe: 'Lo que haga Batasuna es cosa suya, no nuestra, aunque parece que a ustedes les viene bien esa actitud de Batasuna para usarla como lo que es, un argumento miserable'. El dirigente socialista acusó personalmente al presidente Sanz de haber 'deseado, programado y diseñado' la ruptura con un PSN que no se ha plegado a la exigencia de 'no hacer oposición'.

El futuro del proyecto presupuestario dependerá ahora de la capacidad de UPN y socio en esta materia (CDN) para aceptar buena parte de las enmiendas parciales presentadas por el PSN y ganar al menos la abstención socialista en la votación final. Un empate como el registardo ayer supondría el rechazo del proyecto y la prórroga presupuestaria. De momento, los socialistas han pedido un cambio drástico de destino en el gasto de 117 millones de euros y un aumento del ingreso previsto de 89,6 millones.

Un 'truco contable' para el déficit

El fragor del debate presupuestario obligó al consejero navarro de Hacienda, Francisco Iribarren, a desvelar que la comunidad foral no goza realmente como se presumía de un déficit cero en sus cuentas públicas, sino que encubre un déficit de un 2% (8.000 millones de pesetas). El consejero reconoció que su Ejecutivo utiliza 'un truco contable' para enjugar ese déficit endosándolo al procedimiento de cálculo de la aportación de Navarra al Estado. 'No se ve, pero todos ustedes saben que existe', dijo Iribarren. Aún fue más allá el presidente de CDN, Juan Cruz Alli, a la hora de ennegrecer el panorama económico como excusa para negar cualquier aumento del gasto público y la inversión reclamado por la izquierda y los nacionalistas. Alli, que defendió el pacto presupuestario de forma mucho más vehemente que los propios dirigentes de UPN, recordó que Navarra mantiene en la actualidad una deuda viva de 107.000 millones heredada de ejercicios anteriores y que debe ir amortizando. La oposición reconoció esos argumentos e incluso añadió el perso sobre las cuentas públicas que tendrá en un futuro la financiación de la autovía entre Pamplona y Logroño. Pero insistió en que existen previsiones de ingresos muy superiores a las calculadas en su proyecto por UPN (un 6,28% de aumento tributario en 2002) y que existe un 1,5% de presupuesto no ejecutado del año 2001 (cifrado en 3,9 millones de euros) que permitirían asumir un incremento del gasto social y de las inversiones públicas cumpliendo los compromisos.

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