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Crónica:FÚTBOL | 16ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Rayo no puede ni contra diez

Las Palmas pudo resolver de penalti, pero Sequeiros falló tras la perorata de Lopetegui

Jugó Las Palmas medio tiempo con diez jugadores. ¿Y qué? A estas alturas, semejante hecho resulta insignificante si el que tiene que aprovecharlo es un equipo como el Rayo, que se muere a toda velocidad. Hacía tiempo que la categoría no gozaba de un colista tan colista. Tan falto de ánimo, tan poco convencido de lo que hace y tan lleno de angustia. Se muere el Rayo y lo hace sin emitir un solo argumento futbolístico distinto al tesón que ponen quienes defienden su camiseta.

Se disputaba el minuto 42 cuando Lopetegui, no se sabe bien cómo, sacó un disparo de Orlando, que la pegó con todo a dos metros de la portería. El Rayo, por entonces, era un puro disparate y Las Palmas gozaba de alguna que otra ocasión. Segundos después, Peragón avanzó, Ángel le cazó por detrás y el árbitro le mandó a relajar su ímpetu en el vestuario.

RAYO VALLECANO 0| LAS PALMAS 0

Rayo Vallecano: Lopetegui; Mauro, De Quintana, Mainz, Alcázar (Glaucio, m. 54); Helder (Arteaga, m.71), Pablo Sanz; Peragón, Baljic, Michel; y Bolic (Bolo, m. 57). Las Palmas: Nacho González; Ángel, Olías, Schurrer, Paqui; Samways, Josico; Edu Alonso, Jorge (Eloy, m. 67), Pablo Lago (Tevenet, m. 90); y Orlando (Sequeiros, m. 46). Árbitro: Rodríguez Santiago. Expulsó directamente a Ángel (m. 43) y Aparicio, masajista de Las Palmas. Amonestó a Mauro, Mainz, Samways, Pablo Lago, Josico, Jorge, Orlando, Paqui y Fernando Vázquez, entrenador de Las Palmas. Unos 6.000 espectadores en Vallecas.

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Esa jugada marcó el resto del choque. Manzano echó mano de todo el que tuviera pinta de delantero y el Rayo rompió el cielo a pelotazos para solaz de la defensa rival, que se hartó de despejar. Una vez se estiró Las Palmas y Mauro se llevó por delante a Pablo Lago. Señaló el árbitro penalti, Sequeiros se dispuso a lanzarlo y Lopetegui, como de costumbre, le largó una perorata de cuidado. Al larguero se fue el disparo, torpe colofón para un torpe partido que no hizo sino confirmar las miserias de un equipo, el Rayo, que amenaza ruina.

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