Peter Greenaway da por muerto el cine clásico y aboga por nuevas vías

El director Peter Greenaway (Newport, Reino Unido, 1942) abominó ayer en el Festival de Sitges del cine que se hace hoy en día, y de Martin Scorsese, Woody Allen e incluso Jean-Luc Godard, quienes, dijo, 'se limitan a ilustrar textos con imágenes, como 105 años atrás'. El polifacético creador galés -es también filósofo, pintor, matemático e ilustrador- dio por liquidado el cine clásico y defendió la exploración de nuevos caminos artísticos en este campo.

Ilustró Greenaway -que recibe un homenaje en el festival así como el premio La Máquina del Tiempo- su particular teoría sobre lo que debería ser el llamado séptimo arte en el siglo XXI con la presentación de su próximo trabajo, La maleta de Luper Tulse, que lleva varios años preparando.

El director de El contrato del dibujante y The pillow book reveló que con su nuevo y ambicioso proyecto, que él se resiste a calificar de película y prefiere, en cambio, hablar de obra multimedia, persigue liberarse de 'la tiranía que existe en el cine'. Aseguró en un tono extremadamente provocativo que el guión; el 'fotograma único', en referencia a la visión cuadrada o rectangular de la obra cinematográfica; 'la relación equívoca del director con los actores', y la cámara son convencionalismos que se deben erradicar, ya que juegan en contra de la creatividad.

Hasta aquí la teoría que Peter Greenaway tiene intención de llevar a la práctica en el rodaje de La maleta de Luper Tulse, donde, según anunció, prescindirá de los recursos típicos cinematográficos con el objetivo de 'intentar corregir el camino del cine'. Para empezar, el filme, de ocho horas repartido en tres películas, no tendrá un único soporte como es habitual -el cineasta lo tildó de 'rancio celuloide'-, sino que se lanzará en DVD, CD-Rom interactivos, Internet, una serie de televisión de 16 capítulos de media hora, una exposición y una enciclopedia.

Renovación

'No toleraré que el proyecto gire en torno a la película, ni que ésta sea el objetivo primordial y lo demás accesorio. La obra, una coproducción entre España [TS Productions], Holanda, Reino Unido e Italia, está pensada como un conjunto en el que cada pieza tiene la misma importancia', explicó Greenaway. Sin ningún recato, el director, que hace seis años que no estrena ningún largometraje, proclamó que La maleta de Luper Tulse será el punto de partida de la renovación del cine. 'Marcará el sello de la era de la recuperación de la creatividad', aseguró.

La historia que cuenta esta obra multimedia es tan compleja como su misma exhibición, que el director defiende que en el formato de cine se haga en una pantalla de 360 grados. Narra las peripecias, a través de todo el planeta, del artista multidisciplinario y prisionero profesional Tulse Luper, y lo hace a partir de sus 92 maletas encontradas en otros tantos lugares desde el año 1928, cuando se descubrió el uranio -que ha significado, a juicio de Greenaway, el poder real del siglo XX- en Colorado, hasta 1989, la fecha de la caída del muro de Berlín. El filme empezará, pues, en el desierto de Colorado, en Estados Unidos, recorrerá Europa y acabará en otro paisaje árido, en la región china de Manchuria. El rodaje está previsto que empiece el próximo enero, y recalará en España entre febrero y marzo. El Museo Guggenheim de Bilbao, Almería y Barcelona son las localizaciones elegidas por el realizador.

Greenaway, que tiene una gran obsesión con vincular sus proyectos a cifras, contará con un reparto internacional integrado asimismo por 92 actores -número atómico del uranio-, a los que dará un tratamiento distinto al que suele ser habitual en el cine. 'No los voy a utilizar como personajes ficticios, sino convertirlos en personas de carne y hueso, y que el espectador pueda seguir el desarrollo de su vida'.