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Columna
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La conexión

88-84. Falta un minuto y España, que ha perdido durante el segundo tiempo su enorme ventaja de 22 puntos, ataca por enésima vez la zona alemana, causa directa, junto al gran Nowitski, de la remontada de Alemania. El balón sale por la línea de fondo a falta de dos segundos para acabar la posesión. Navarro coge la pelota y mira de reojo a Gasol. No hace falta más y los dos saben lo que van a hacer. Navarro le pasa la pelota y da un pasito adelante, lo justo para entrar en el terreno de juego, justo en una esquina del campo. Gasol se la devuelve instantáneamente mientras dos jugadores alemanes pican el anzuelo y se van a por la estrella española, dejando libre a Navarro. Como siempre, la Bomba no se lo piensa y clava un triple definitivo. Partido resuelto. Medalla al bolsillo.

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España maravilla y vuelve al podio

Gasol y Navarro. Sobre esta pareja se ha cimentado el éxito español, y sobre su esperanzadora proyección se asienta un futuro que no debe deparar otra cosa que grandes alegrías. Habría que recordar que la mejor época del baloncesto español estuvo marcada y construida sobre una tripleta histórica: Un base, Corbalán, un alero, Epi, y un pívot, Fernando Martín. Gasol y Navarro ya han demostrado que están capacitados para seguir esta estela. Sólo falta que Raúl López se suba al carro, dé el definitivo paso adelante que ya han dado sus compañeros y tengamos la columna vertebral de un equipo llamado a devolver al baloncesto a un lugar principal dentro del panorama deportivo español.

Sería injusto olvidar, en la hora de los reconocimientos, a otros personajes que tienen mucho que ver en este feliz momento, empezando por Javier Imbroda y el equipo técnico. España se ha mostrado como un equipo compacto, ilusionado, rico en variantes tácticas. Imbroda ha confiado ciegamente en sus jugadores y les ha dado libertad sin intentar imponer sus ideas por encima de las características de los hombres que tenía a su cargo, y ellos le han correspondido dando siempre lo máximo. Tener a 12 jugadores concienciados y sabedores de su papel en el colectivo no resulta fácil, e Imbroda y sus ayudantes lo han conseguido. Paraíso, Lucio Angulo, Alfonso Reyes, ayer Garbajosa, todos han tenido su momento y hay que felicitar a Imbroda por la plantilla que eligió para esta cita, pues salvo a un tirador tipo Herreros, que no tenemos, o un pívot tipo Dueñas, que no ha podido ir, no se ha echado en falta a nadie.

Indianápolis espera el año que viene. Todos tendrán un año más de experiencia, alguna envidiable como la de Gasol en la NBA. Falta hará, pues un Mundial son palabras mayores. Hasta entonces, a disfrutar de esta generación, a buscar un tirador, a mantener el optimismo y el gusto por un juego que resulta atractivo cuando es desarrollado como lo hacen estos chicos, sin esquemas rígidos que axfisien su creatividad.

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