_
_
_
_
_
SALUD

El Gobierno alemán acusa a Bayer de haber ocultado los riesgos del fármaco Lipobay

El escándalo obliga a la multinacional a retrasar su salida a Bolsa en Nueva York

La compañía cambió la ficha técnica del medicamento basándose en un informe fechado el 15 de junio. En el nuevo prospecto avisaba de que no se debía prescribir el Lipobay (también llamado Baycol) mezclado con gemfibrocilo, un medicamento para bajar los triglicéridos. Esta modificación fue recogida por las agencias europeas de Sanidad, incluida la española, en julio. El 8 de agosto, ante la evidencia de que en muchos países se seguía recetando la combinación peligrosa, Bayer retiró el Lipobay del mercado.

De acuerdo con el Ministerio de Sanidad alemán, la multinacional no le entregó hasta el 10 de agosto los resultados del estudio, del que se deduce 'que los riesgos eran mayores que sus posibles beneficios' para la salud. Las autoridades alemanas consideran que esta política informativa de Bayer es 'absolutamente inaceptable' y que puede vulnerar la ley por no haber comunicado a tiempo los efectos adversos del Lipobay. La empresa se defiende aduciendo que informó el 28 de abril al Ministerio de Sanidad un avance de las pruebas realizadas.

Más información
Bayer eleva a 52 la cifra de muertes vinculadas al fármaco Lipobay
Bayer eleva a 4.000 el número de despidos previstos hasta el año 2005
La Unión Europea decide revisar la seguridad de los fármacos contra el colesterol
Sanidad alerta de que un fármaco contra el colesterol ha provocado cuatro muertes
Bayer dice que 'las bolsas sobrevaloran' la posibilidad de éxito de las demandas por el 'caso Lipobay'
La familia de una fallecida en Zaragoza que tomó Lipobay demanda a Bayer
La Justicia alemana investiga a Bayer por no retirar Lipobay pese a conocer su peligro

Como recordó el secretario de Estado de Sanidad de Alemania, Theo Schroeder, la comercialización del Lipobay se autorizó en 1997 después de un ensayo realizado con 2.500 personas. 'Una terapia eficaz implica siempre que haya ciertos riesgos', declaró Schroeder. Lo que no se esperaban fue que éstos fueran tan graves, como demostró el citado estudio, realizado con 15.000 pacientes.

Hasta la fecha, fuentes de la multinacional han reconocido 52 fallecimientos (cuatro de ellos en España) asociados a la toma de altas dosis de cerivastatinas (el principio activo del Lipobay), así como a su combinación con gemfibrocilo. Las muertes se producen por colapso renal como consecuencia de la destrucción de tejido muscular (la rabdomiólisis).

El retraso de la salida a Bolsa de la empresa alemana en Nueva York es una consecuencia del escándalo. La compañía tenía previsto cotizar en Wall Street el 26 de septiembre, pero no lo hará 'por lo menos hasta febrero', según informó ayer. 'No queremos sacar nuestras acciones sin ser capaces de dar respuestas convincentes a las preguntas que se han suscitado', declaró el presidente de Bayer, Manfred Schneider. Las acciones de la empresa han caído un 28% en el mercado de Francfort desde que anunció la retirada del medicamento. El Lipobay era el tercer producto más vendido de Bayer, que esperaba facturar este año 166.000 millones de pesetas con su venta.

Aparte de su impacto económico, el Lipobay ha abierto un frente legal a la empresa. En Italia, el fiscal de Turín Raffaelle Guariniello ha anunciado una investigación que podría terminar con la apertura de un sumario por presunto delito contra la salud pública. Como diligencia previa ha citado a los directivos de Bayer en Italia.

También se han producido ya las primeras demandas en Estados Unidos, informa Rosa Townsend. Esta semana se han entablado al menos dos, una colectiva en el Estado de Oklahoma y otra presentada por una profesora universitaria en Florida.

'Bayer sabía desde hace tiempo que su producto era peligroso y estaba provocando muertes y, sin embargo, lo ha mantenido en el mercado. Ahora deben restituir los daños irreparables que han causado', explicó el abogado de la profesora Elaine Smith. Esta mujer, de 49 años, padece fatiga crónica, depresión, degeneración muscular y daños renales, que, según ella, se deben a los ocho meses que tomó las pastillas de Bayer.

La otra reclamación es la de la familia de Lilbert Sparks, de 87 años, que murió en enero tres semanas después de iniciar un tratamiento con el fármaco. Su abogado ha demandado a los laboratorios Bayer en nombre del anciano de Oklahoma y en el de miles, o cientos de miles, de potenciales afectados.

ASSOCIATED PRESS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_