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La confidencialidad de un proceso

Entre la secundaria y la universidad media la selectividad, una prueba en la que los 66 tribunales de la Comunidad Valenciana decidirán buena parte del destino de los alumnos. Este órgano está constituido por una media de 20 profesores: un presidente, un secretario y los correctores. Fernando Borrás preside un tribunal de COU. Su labor es gestionar el correcto desarrollo de la prueba, lo que engloba tareas múltiples: reparto de adhesivos en los exámenes (el código de barras para garantizar el anonimato), solución de imprevistos en el transcurso de las pruebas y traslado de exámenes. 'Esta tarde llevaremos las cajas y los ejercicios dormirán en las diferentes sedes', comenta Borrás refiéndose a un proceso 'custodiado' por guardas jurados. En cuanto a la evaluación, y pese a que 'son personas', pone énfasis en el equilibrio de un sistema con garantías: el anonimato de los ejercicios y la imposibilidad de que profesores del mismo instituto corrijan los propios exámenes.

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Cada corrector no puede repetir en un mismo tribunal dos años consecutivos, ni evaluar más de 200 ejercicios. Hasta ahora los profesores eran elegidos por un sorteo efectuado por las universidades. Como novedad este año, la consejería ha regulado el proceso. Borrás tendrá a su cargo a 305 alumnos de COU y a 28 de LOGSE. 'El nivel de tensión es alto a primera hora de la mañana. Saben que se juegan mucho, lo más importante es dormir, preguntar y conservar la tranquilidad'.

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